La última aparición de Rial y su ex como familia feliz

La historia reciente es la que todos conocemos, por su repetición hasta el hartazgo en los medios. En enero de este año, Jorge Rial confirmó con sus propias palabras lo que algunos ya daban por hecho: tras 22 años de matrimonio, se había separado definitivamente de su esposa, Silvia D’Auro. “Sí, estoy pasando una crisis y tratando de remarla. No veníamos bien y hubo mucho desgaste”, le dijo a Moria Casán durante una entrevista en su obra de teatro, a la que había sido invitado al mejor estilo de los “íntimos” de Jay Mammon.

El “pacto de no agresión” entre los ex duró muy poco. Cuando nadie se lo esperaba, por el amor que se habían demostrado desde siempre, empezaron los reproches, las chicanas y la pérdida total de códigos, mientras se hablaba de los trámites de divorcio y la pelea por la custodia de sus dos hijas adoptivas, Morena y Rocío, que finalmente benefició a Rial. Silvia lo trataba de traidor e infiel, y él le respondía por Twitter que se gastaba en artículos de lujo el dinero que le daba en concepto de alimentos para las nenas.  El mensaje "80 lucas en Hermes en media hora. Y después llora. Nada, eso", fue sin dudas uno de los más comentados del año.   

Todo se desmadró aún más cuando se supo que, en medio del conflicto, había una tercera en discordia: Mariana “Loly” Antoniale. En abril pasado, la modelo de 24 años y el periodista de 50 confirmaron su romance con un viaje a Venecia, que fue tapa de casi todas las revistas. Ahora, la relación florece, Loly fue aceptada por las hijas de Rial y ambos se pasean por el mundo cada vez que pueden. Viven juntos, hay planes de casamiento y piensan darles un hermanito a las chicas. Mientras tanto, D’Auro se despacha contra ellos en Twitter cada vez que puede. 

Pero la historia no siempre fue así. Apenas ocho meses antes de que el escándalo estallara, el 31 de mayo de 2011, Rial, D’Auro y sus hijas se mostraron públicamente – por última vez – como familia perfecta en el living de Susana Giménez. Las excusas fueron varias: la reciente entrega de los premios Martín Fierro, la presentación mediática de Morena y Rocío ya creciditas, y el anuncio del lanzamiento de un vino (llamado igual que las nenas) que la pareja había creado como proyecto económico conjunto. “La que lo metió en el vino a Jorge fui yo”, confesó en la entrevista su ahora ex mujer.

Lo más llamativo es que, durante la charla, hubo frases que, escuchadas ahora, en un contexto muy diferente, suenan a una verdadera ironía. “Hay familias que no son tan felices”, arrancó diciendo Susana, casi como en una señal de mal agüero.

Rial explicó que Silvia lo ayudaba en la parte comercial y publicitaria de su programa, Intrusos. A modo de chiste, Giménez dejó entrever que era ella la que manejaba el dinero en la relación, a lo que el periodista respondió jocoso: “Ayer me dio algo de guita, los lunes me da”. Nadie imaginaba que, ocho meses después, la pelea por la plata entre ambos iba a ser un tema nacional.
 
En otra parte de la entrevista, la (ex) pareja recordó cómo había comenzado su vínculo: “Nos conocimos en la disquera EMI, en la época de Locomía, yo estaba en la parte de prensa. Usaba el pelo largo y rubio hasta la cintura”, dijo D’Auro. Y Rial completó el cuento: “Un día fui a buscar material, vi el pelo, le vi el culo y me enamoré de ese culo. Yo estaba haciendo Indiscreciones en Telefe, la llevé al canal para que deje unos cassettes, le pedí el teléfono, la llamé y no me dio bola por un mes. Un día contestó creyendo que era otro, me dio tres minutos para que le hiciera un poco de verso y, a partir de ahí, nunca más…”.

Otra declaración que hoy suena chocante fue “¿Sabés las minas que tenía en ese momento?”, por parte del animador. A lo que, para peor, su esposa agregó: “A él le gusta estar en casa tempranito, la casa es su bunker”. Poco tiempo faltaba para que las acusaciones de infidelidad y el affaire con Loly comenzaran.  

Susana también “metió púa” al comentar que, en su ciclo de chimentos, Rial “dice todo lo que se le pasa por la cabeza”. Cuando Silvia retrucó irónica: “A veces demasiado”, Rial miró a la diva y se quejó: “¡Ya empieza la cagada a pedos!”. ¿Había pases de factura desde ese momento? Lo cierto es que, faltando tan poco para que la relación terminara, no todo debía ser color de rosa como quisieron mostrar a la audiencia. 

 

 

 

Videos: La Ventana Indiscreta de Julia

 

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