A sacarse dudas: ¿Por dónde transpiran los perros?

Al diferencia de cientos de mamíferos, los canes tienen otros mecanismos para refrigerarse.

Por Redacción 24CON

 

Una persona que incremente su temperatura corporal -a consecuencia del deporte o del calor ambiental- es capaz de comenzar a refrigerarse de un modo casi inmediato. Sus glándulas sudoríparas, un conjunto de células especializadas en expulsar vapor de agua, se ponen a trabajar y la transpiración tarda poco en llegar.

 

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El perro, sin embargo, no tiene glándulas sudoríparas repartidas por su piel. En parte, sudan a través de las almohadillas de sus patas, que sí contienen estos útiles conjuntos de células, esenciales para perder el exceso de calor que acumula el cuerpo. El jadeo de su boca y la eliminación de vapor de agua a través de su lengua son otros mecanismos con los que cuenta el can para refrigerarse.

“El hecho de que las glándulas sudoríparas se localicen en su mayoría en las almohadillas explica que el perro prácticamente no sude”, afirma el veterinario Fausto Andrés.

 

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La capa de grasa que contienen estos cojines naturales del can permite amortiguar los golpes o la presión normal de las pisadas y funciona como un aislante de las temperaturas extremas del suelo. Pero además, las almohadillas del perro son su mecanismo de sudoración. Ello explica que, cuando el animal tiene calor, sea normal que deje un rastro mojado en las baldosas o en otras superficies lisas que pisa. Es su transpiración.

¿Es cierto que los perros sudan por la boca?

Las almohadillas del perro, sin embargo, tampoco son suficientes para eliminar todo el calor que nuestro peludo amigo desprende. “A falta de otros sistemas, la forma más eficiente de perder calor por evaporación es a través de la respiración”, explica Andrés al Diario de Caracas. Por este motivo, cuando el termómetro sube, los perros sacan la lengua, jadean y respiran más deprisa.

El cuerpo de ellos funciona, en este sentido, como un refrigerador. Su temperatura normal oscila entre 38ºC y 39ºC. El animal detecta cuándo hay un exceso de calor y bombea sangre caliente a la lengua, que está armada con eficientes glándulas salivares, que eliminan el exceso de temperatura en forma de humedad. Así expulsan el calor a través de esa evaporación de su boca.

“El perro saca la lengua y el vapor de agua caliente que llega de los pulmones se condensa al tocar las mucosas de la boca y la lengua, más frías”, añade el veterinario. Esto explica que el vapor que se condensa, en forma de agua líquida, caiga de la lengua y gotee en el suelo.

La cara y las orejas también ayudan

Cuando el perro expulsa vapor de agua a través de su lengua también ayuda, con este mecanismo, a enfriar su cerebro. El aire refrigerado en la lengua regresa con menor temperatura a este órgano vital del can.

Sin embargo, incluso la cabeza y las orejas del perro le ayudan a eliminar calor. El frigorífico natural del can ordena a las venas de estas zonas dilatarse o expandirse. Si el calor ambiental no es excesivo, esto ayuda a rebajar la temperatura de la sangre de nuestro peludo amigo.

 

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20 de agosto de 2013

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