Coincidencia fatal: en 1988, Monzón mataba a Muñiz

La noticia de que el atleta Oscar Pistorius está preso por matar a su novia de cuatro tiros sorprendió a todos. El sudafricano, que compitió en los últimos Juegos Olímpicos a pesar de haber sufrido la amputación de sus dos piernas, estaba en pareja con la bellísima modelo Reeva Steenkamp, de 30 años. Según dijo él, la confundió con un ladrón que pretendía entrar en su casa, en las afueras de Pretoria. Pero la policía sospecha de esa hipótesis y los vecinos aseguran haber sido testigos de peleas domésticas entre ambos en otras oportunidades.

El llamativo hecho policial ocurrido en el Día de San Valentín tiene un macabro paralelismo con una que tocó de cerca a los argentinos, hace exactamente 25 años. Hoy se cumple un nuevo aniversario del episodio en el cual el boxeador Carlos Monzón mató a su mujer, Alicia Muñiz, tras arrojarla de un balcón de su casa del barrio parque La Florida, en Mar del Plata. Claro que, en aquel momento, el Día de los Enamorados no tenía la repercusión que tiene ahora, y esa morbosa coincidencia pasó desapercibida.

El domingo 14 de febrero de 1988, pasadas las 6 de la mañana, se escucharon gritos e insultos de la pareja, seguidos del ruido de vidrios rotos y la voz de Monzón pidiendo ayuda. El cuerpo de Alicia había caído, provocándole fracturas múltiples en el cráneo. Aunque él siempre se declaró inocente, fue condenado a once años de prisión por el homicidio: luego de una fuerte pelea, había apretado el cuello de la mujer hasta dejarla inconsciente y luego la había arrojado hacia abajo.

La modelo uruguaya había conocido al púgil en 1979 y se enamoró de él. Convivieron seis años, con cuatro separaciones de por medio, porque él era un hombre violento, sobre todo cuanto tomaba. Alicia varias veces lo acusó de golpearla, pero siempre regresaba a su lado. El 13 de febrero, lo hizo con la excusa de pasar a buscar al hijo de ambos, Maxi, que estaba con su padre en la ciudad balnearia.

Al día siguiente, después de una salida nocturna en la que Monzón bebió de más, ambos discutieron por el dinero de la manutención del nene y todo terminó en tragedia. Beneficiado por un régimen de libertad condicional, el boxeador murió en accidente de autos en 1995.

Pero ellos no fueron los únicos. Antes y después de este caso y el de Pistorius, otros célebres deportistas fueron protagonistas de la crónica negra al ser acusados, y no siempre condenados, por el homicidio de alguna persona de su entorno más cercano.

El rugbier francés Marc Cécillon fue sentenciado en 2008 a 20 años de prisión (reducidos después a 14 tras la apelación), por la muerte de su esposa. El 7 de agosto de 2004, borracho, disparó contra su mujer con un revolver 357 Magnum, durante una fiesta que reunió a unas 70 personas en casa de unos amigos, en el sur de Francia. Obtuvo una libertad condicional en julio de 2011.

El jugador de fútbol americano Jovan Belcher, de 25 años, se suicidó el pasado 1° de diciembre de 2012 en el estacionamiento del estadio de su equipo, el Kansas City Chiefs, tras haber matado a su novia, embarazada de tres meses.

Uno de los casos más emblemáticos es el de OJ Simpson: la ex estrella del fútbol americano – y ocasional actor de cine – fue declarado culpable por el doble asesinato, en 1994, de su mujer Nicole Brown Simpson y de su amigo Ron Goldman, aunque fue absuelto en 1995 al término de un proceso judicial mediático bochornoso e inédito en su país. Dos años más tarde, fue declarado culpable por la vía civil por un jurado, que lo condenó a pagar 33,5 millones de dólares por daños e intereses.

Además, en mayo de 2004, el ex rugbier de los Springboks sudafricanos Rudi Visagie disparó contra su hija Marlé, de 19 años, al confundirla con un ladrón de autos. La chicha murió por el impacto de las balas en la cabeza. Tres meses después, la justicia lo exculpó por el homicidio, al considerar que ya había sufrido suficientemente con la pérdida de su hija.

 

14 de febrero de 2013

 

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