A 20 años de que cerrara sus puertas una de las fábricas más emblemáticas de la industria nacional del siglo 20, volverá a producir su principal producto: heladeras. El Grupo New San, responsable de las firmas Atma, Sanyo y Noblex, entre otras, invertirá más de 30 millones de dólares para revivir la vieja Siam.
Los economistas más viejos, los memoriosos que citan los períodos industriales pujantes del país, los de las primeras décadas del siglo XIX, reconocen que la empresa Siam fue uno de los emblemas del auge y posterior devastación de la producción nacional. Fundada en 1911 por Torcuato Di Tella, la firma empezó a desmoronarse con la dictadura de los '70 hasta que, apremiada por las deudas, en 1986 fue vendida a capitales privados. Un tiempo después, políticas equivocadas y el shock de la hiperinflación del alfonsinismo la dejaron al borde del abismo y la era neoliberal terminó de darle el golpe de gracia.
Hoy, a más de 20 años de su quiebra, la historia y el contexto nacional parecen darle una oportunidad para que las míticas heladeras, las motos Siambretta, y los autos Siam Di Tella, dejen de ser meros adornos en locales y caprichos de coleccionistas. Es que en mayo de 2013, y tras más de 20 años de paralización, la fábrica de Siam volverá a producir en el país, publicó hoy el diario Tiempo Argentino.
Según el detalle del plan de negocios al que accedió Tiempo Argentino, la empresa Pilisar, una de las compañías del Grupo New San invertirá por un total de U$S 35 millones para remodelar su fábrica de la localidad de Avellaneda, generando un impacto de 600 nuevos puestos de trabajo. Además, mantendrá los empleos de los 100 trabajadores de la ex Aurora que producían cocinas en forma cooperativa. Asimismo, una parte de ellos serán subcontratistas de la nueva Siam.
En este marco, y como el equipamiento que quedó en la planta es realmente obsoleto, Pilisar importará una fábrica completa (las máquinas) llave en mano desde Brescia, Italia, comprada al Grupo Fagor. Los equipos serán embarcados en diciembre y estarán instalados a principios del año próximo, para empezar a producir en el mes de mayo. "Es una inversión netamente privada, y vamos a ser una marca completa, no venimos a ensamblar, sino a fabricar", explicó Rubén Cherñajovsky, presidente de la empresa de electrodomésticos New San, y agregó que "será una planta de última tecnología en el mundo, la mejor de Argentina".
La producción tendrá dos etapas: en la primera, saldrán a la venta 100 mil heladeras y lavavajillas; y en la segunda tanda se producirán cocinas, lavarropas y el resto de lo que se denomina línea blanca. Con el correr de los años, y por su eficiencia y durabilidad, aún se encuentran en el país algunas heladeras Siam funcionando. "Las que vamos a producir tendrán un nuevo diseño, pero no descartamos fabricar algunos modelos exclusivos con el concepto vintage", adelantó Cherñajovsky.
Paradójicamente, la antigua Siam, reconocida por las heladeras, motos y autos, empezó fabricando amasadoras mecánicas de pan. En aquella época, 1910, regía una ordenanza municipal que prohibía en Capital Federal el amasado de pan a mano. De hecho, las siglas Siam refieren a "Sección Industrial de Amasadoras Mecánicas".
En las dos décadas siguientes, Siam impulsó su negocio gracias a otra empresa nacional: YPF. La proveía de surtidores para combustibles, motores de bombeo y caños de acero para transportar petróleo.
El negocio viró hacia los electrodomésticos recién a mediados de 1930, cuando se empezó a producir la heladera hogareña. Tiempo después, produjo generadores y motores para trenes, y en los '60 fue el tiempo del auto: el clásico Siam Di Tella 1500.
Los años que siguieron fueron de crisis, hasta que en 1970 el Estado la nacionalizó por el alto pasivo con el sector público. Dieciséis años después, en 1986, la firma se reprivatizó y se vendió a tres grupos: Techint se hizo cargo de la planta de tubos, Pérez Companc heredó la fábrica de San Justo, mientras que Aurora Grundig se quedó con la planta de Avellaneda y las de Tierra del Fuego. Estas últimas dos están hoy en propiedad de New San o sus empresas subsidiarias.
Los esfuerzos, sin embargo, fueron en vano. El primer golpe letal lo dio la hiperinflación y el remate fue responsabilidad del neoliberalismo y la convertibilidad. En 1996, como un síntoma de la destrucción del aparato productivo, Aurora quebró y no volvieron a verse electrodomésticos de la firma hasta que la cooperativa Aurora retomó la fábrica. La iniciativa llegó a tener unos 200 trabajadores, muy poco para una planta que puede albergar hasta 5 mil.
En pocas palabras, el imperio de los electrodomésticos made in Argentina, bajó las persianas y se olvidó de sus años de gloria, cuando llegó a tener 13 fábricas con más de 9000 trabajadores y 250 bienes producidos de diferente característica. Hoy, todo indica que aquel parate en las líneas de montaje fue temporario.
En 2006, la historia de la firma mereció la publicación de un libro, Las grandes empresas no mueren de pie: el (o)caso de Siam, de los economistas Jorge Schvarzer, del Plan Fénix (fallecido en 2008), y Marcelo Rougier, investigador del Conicet. "La marca sigue siendo emblemática, pero seguramente necesita un nuevo diseño la planta y las maquinarias", contó Rougier y relató una jugosa anécdota para describir la situación edilicia: "Cuando en los '60 Guido Di Tella se hizo cargo de la fábrica, contrató una nueva serie de ingenieros y los llevó a la planta de Avellaneda para que dijeran qué les parecía. Como tenía muchos alcahuetes, pensó que le dirían que era un modelo, pero cuando llegaron a la fábrica, uno de los técnicos le dijo: "Acá hay que poner una bomba y empezar de nuevo".
Rougier reconoce cierto sesgo industrialista de Di Tella en los '60, pero asegura que "no hay que olvidarse de que fue el mismo que en los '90 acuñó la frase 'la mejor política industrial es no tener ninguna'".
Si bien no conoce el nuevo proyecto al detalle, Rougier consideró que "se enmarca en una etapa de años con muy fuerte crecimiento económico e industrial, en lo que yo denominaría una etapa inédita en la historia argentina". De todas maneras, dijo que para que este tipo de industrias subsistan y se desarrollen "hay que avanzar en procesos más importantes de sustitución de importaciones". "Hicimos investigaciones que nos indican que la marca, para la gente, es fuerte", detalló el presidente de New San y explicó que "la compra de la marca está en trámite, y sujeta a la ley de expropiación de Aurora que se está tratando y por salir en el Congreso de la Provincia de Buenos Aires". "Somos empresarios con arraigo en el país, y creemos que el modelo económico genera las condiciones y los niveles de consumo adecuados para instalar una fábrica de esta magnitud", concluyó el empresario. Según el hombre de negocios, el objetivo es generar una identificación de los clientes con la nueva Siam, y garantizó a la vez que se preservarán las fuentes de trabajo, absorbiendo a los trabajadores de la Cooperativa, que se sumarán a la planta de nuevos empleados.