Tienen 6000 motos secuestradas y no saben donde meterlas

Todas fueron requisadas por la policía y agentes de tránsito por distintos delito o irregularidades. Sus dueños nunca las fueron a buscar.

En poco más de cuatro años, las playas municipales donde guardan los vehículos secuestrados durante los operativos de tránsito se convirtieron en verdaderos cementerios de motos. Es que desde 2008 a la actualidad, en Tigre se secuestraron 15 mil motos, de las cuales 6 mil, el 40%, nunca fueron reclamadas y desbordan los galpones. Ante ese panorama y como no existe una ley provincial que determine cómo proceder con esos bienes, el Municipio anunció que mudará antes de fin de año los dos depósitos a predios más amplios. Además, evalúa con su área de Legales una serie de medidas, como compactar algunas, subastar otras y también incorporar unidades al patrimonio municipal.



El fenómeno empezó en 2008, cuando la Intendencia comenzó a implementar operativos de tránsito, con agentes propios. Desde entonces secuestraron 15 mil motos, de las cuales sólo 9 mil fueron retiradas. Eso llevó a que las 6 mil restantes quedaran acumuladas en las dos playas municipales. Una, en el predio de la Dirección de Tránsito, en Sarmiento 160, al lado del Puerto de Frutos; y la otra en El Talar, a 10 cuadras de la Secretaría de Protección Ciudadana.

“Si existiera una ley provincial, podríamos trabajar en función de alguna alternativa. Como no hay, para antes de fin de año reubicaremos las motos en dos playas más grandes, que nos permitan guardar un número aún mayor”, adelantó Diego Santillán, a cargo de Protección Ciudadana de Tigre, según publicó un diario zonal.

Más allá de que la mayoría de las motos son retiradas por sus dueños, quienes pagan las multas luego de presentarse en el Juzgado de Faltas local, por el volumen de secuestros (que llegó a ser de 55 unidades por día) son muchísimas las que nunca fueron reclamadas. Al respecto, el funcionario detalló que eso ocurre, principalmente, por dos motivos: de las 6 mil, a unas 2 mil motos se les pidió intervención policial y judicial, ya que fueron secuestradas por robo, tenían adulteradas las patentes o el motor era robado. Con el resto, la razón tiene que ver con que a los infractores les resulta más sencillo sacar otra moto en cuotas que pagar las multas. “El cliente tiene varias herramientas para pagar una nueva y la más utilizada es hacerlo en cuotas. La persona que acumula plata por infracciones directamente se compra una nueva”, graficó Verónica Bernardello, empleada de la agencia Porcomotos, que tiene dos sucursales en Tigre.

A diferencia de lo que ocurre en Capital, en Provincia no existe una ley que determine qué destino pueden darle los Municipios a las motos secuestradas en operativos de tránsito. “Este tema es de responsabilidad directa de cada Comuna”, indicaron en el área provincial de Asuntos Municipales.

En ese contexto, el sector de Asesoría Letrada de Tigre trabaja en una serie de alternativas que permitan descomprimir los depósitos municipales y, a la vez, aprovechar o reutilizar esos bienes. “El análisis gira en torno de poder compactarlas, subastar y recuperar algunas para que le demos uso público”, resumió Santillán.

En Tigre, los operativos de tránsito que hace el Municipio con apoyo de la Policía o Gendarmería son diarios y rotativos. Las principales infracciones tienen que ver con alcoholemia, falta de casco y documentación. Por cada infracción, el monto de la multa es de $ 800, pero si el pago es voluntario la cifra es de hasta $400.


4 de octubre de 2012

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