Una extraña desaparición se vincula con el caso Candela

Lucas Pietelski desapareció hace más un año. Testigos afirman que su ausencia se relaciona con las mafias de Hurlingham. La madre también fue estafada por un falso investigador.

Por Redacción 24CON
Lucas Pietelski dejó su casa, en un barrio cerrado de Hurlingham, para encontrarse con unos amigos a tomar unas cervezas el 29 de julio del 2010. Nunca regresó. Su auto apareció vacio, encendido con las puertas abiertas, en la subida al puente Zárate-Brazo Largo. Según las pericias policiales, estaba limpio de huellas digitales.

Aún cuando no apareció su cuerpo, los investigadores avalaron la hipótesis de suicidio. Sin embargo, la familia no renunció a la búsqueda y se topó con algunos datos reveladores. Descubrieron los vínculos del joven con algunos comerciantes de drogas de Campana, su relación con una prostituta dominicana que trabajaba cerca de su maderera y testimonios que relacionan su desaparición con el caso Candela.

Hace algunos días, el abogado Marcelo Mazzeo, quien defiende a Gladys Cabrera, la dueña de la casa en la que presuntamente estuvo cautiva Candela, señaló en algunos programas de televisión el supuesto vínculo entre el caso Petelski y el que desencadenó en la muerte de la nena de 11 años de Hurlingham. La familia de Pietelski sabía de algunas posibilidades de nexo.

Investigando los últimos momentos conocidos de Lucas, la familia comprobó que se había contactado con un traficante que operaba cerca de la maderera que el joven dirigía. Este narco, identificado como D. A., tendría relación con los captores de Candela. Hace un año, la madre de Lucas denunció el nexo entre su hijo y el “transa”. (Ver: Creen que a Lucas se lo llevó la mafia). Además se llegó a saber que la maderera de Petelski sufrió el robo de algunos camiones con carga y que la red de piratas del asfalto que habría integrado el padre de Candela había participado en el robo de camiones con maderas.

Ante las coincidencias, la madre de Lucas, María Danani, pidió encontrarse con el abogado Mazzeo, pero la negativa fue rotunda. La intermediaria fue la titular de la ONG Comisión Esperanza, María Esther Cohen Rúa, que se especializa en la búsqueda de personas desaparecidas. “Mazzeo no quiso encontrarse con la madre de Pietelski. Alegó que le habían dicho que era una mujer conflictiva. La señalan así por no haber aceptado la hipótesis de suicidio sin seguir investigando y buscando qué pasó. Su idea fue siempre que su hijo había sido el ‘cordero’ de una deuda por drogas”, afirmó Cohen Rua a 24CON.

 “El Doctor Mazzeo menciono públicamente que habría alguna relación entre los responsables de ambas desapariciones. La causa sigue dormida en la UFI de Campana a cargo del fiscal Martín Soca. "Danani es una de las integrantes de Comisión Esperanza, creo que, como madre, merece saber en qué forma se vincula a su hijo con los hechos recientes y si tal vez algunos de los nombres que ella conoce tuvieron alguna responsabilidad en el terrible final de Candela”, señaló la especialista.

En los últimos días, la familia de Pietelski recibió un testimonio que podría darle un giro inesperado a la investigación. “Se presentó en la casa de María una persona vinculada políticamente con Hurlingham que le manifestó que a su hijo lo tuvieron una semana cautivo y que está enterrado en algún lugar de Hurlingham, inclusive cercano a su casa”. Este nuevo dato, aun no corroborado por los investigadores y los fiscales, recuerda dramáticamente al caso Candela y su trágico final.

 

Otra estafa

Al igual que la familia de Érica Soriano, los parientes de Lucas se vieron envueltos en una triste estafa propiciada por el mismo falso investigador. Las dos familias, junto con la de María Cash, coincidieron en un programa de televisión. Allí fueron contactadas por un presunto investigador privado, identificado como Pablo Iglesias, que aseguró tener información sobre los desaparecidos. La familia de Érica llegó a pagarle 9 mil pesos por información falsa. La de Lucas Pietelski le pagó 6 mil por datos de operativos inexistentes. “Los entretenía con datos y viajes. Cuando fueron a la dirección que les había dado como su domicilio, nadie lo conocía”, explicó Cohen Rua.

A casi un año y medio de la desaparición de Lucas Pietelski no existe una línea de investigación firme que ayude a dar con su paradero y la familia se niega a aceptar la hipótesis de suicidio, sin antes agotar todas las posibilidades de búsqueda e investigación.

 

2 de febrero de 2012

 

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