Lo derribó en Malvinas y lo visitó en Córdoba
El soldado británico manejaba un cañón antiaéreo y lo usó. Derribó un avión argentino que intentó bombardearlo y siempre creyó que el piloto había muerto, pero logró ubicarlo y se hicieron amigos.
Neil Wilkinson, tenía apenas 22 y quedó obsesionado con el piloto que derribó en el Atlántico Sur siempre. Era un joven soldado encargado de la defensa antiaérea de un buque y cumplió derribando un A-4B Skyhawk (Halcón del cielo) de la Fuerza Aérea Argentina. Siempre creyó que el piloto habría muerto entre los restos de aluminio del pequeño avión.
En mayo de 1982, la guerra estaba en su momento más sangriento y tres aviones Skyhawk de la Fuerza Aérea Argentina, piloteados por el entonces primer teniente Velasco -alias "Cobra"-, por el alférez Jorge Barrionuevo, y por el teniente Carlos Osses, que habían despegado de Río Gallegos, descargaron sus bombas sobre el destructor británico HMS Coventry. Lo hundieron el 25 de mayo y 19 británicos murieron.
"Esto no es algo sobre lo que yo siento júbilo. Veo un avión todos los días en mi cabeza", contó Wilkinson, quien padeció durante años fuertes traumas de posguerra. "Pensé que estaba muerto, no hay manera de que alguien salga vivo de ese avión", admitió.
Pero las vueltas de la vida hicieron que Wilkinson supiera que Velasco estaba vivo. En 2007, cuando se cumplía el 25° aniversario de la guerra, se enteró por medio de un documental que el argentino estaba vivo: Velasco daba su testimonio acerca del enfrentamiento con los ingleses y en él explicaba cómo se había eyectado del Skyhawk sobre la isla Gran Malvina.
Aquel 27 de mayo de 1982, Velasco se expulsó de su nave y cayó a tierra. Caminó 16 kilómetros por el archipiélago con un tobillo herido de gravedad, hasta que llegó a una granja abandonada. Finalmente consiguió ayuda y pudo regresar a una base argentina situada en el oeste de la isla.
"Yo sabía que era él. Yo era el único que disparó ese día", recordó Wilkinson al ver el relato del piloto argentino. Allí comenzó una minuciosa búsqueda con la ayuda de la embajada argentina en Londres y a través de Internet, hasta que consiguió el correo electrónico de Velasco.
"Su fuerza interior lo hizo salir del avión y conseguir sobrevivir. Estoy muy contento", expresó Wilkinson, que por estos días regresó a Malvinas donde visitó el lugar donde cayó el avión argentino. De allí, viajó a Córdoba, para visitar personalmente a Velasco.
"Los buenos soldados deben ser capaces de perdonarnos unos a otros. Y, después de todo, ¿por qué no ser amigos?", opinó Velasco.
"Esto es demasiado para ponerlo en palabras", expresó Wilkinson en su entrevista con la BBC. Y aseguró: "Conocerlo [a Velasco] en persona es el cierre de un ciclo. Ahora sé que está vivo y que somos amigos".
17 de enero de 2012