El año nuevo es malo para el sexo pero bueno para hacer balances

Las fiestas de fin de año son el momento propicio para replantearse nuevos proyectos y analizar el año que culmina, para chequear lo que se logró y lo que quedó en el camino.

Con 365 días por delante, que no es poco, se puede proyectar todo lo que se quiere alcanzar en el nuevo año que comienza. Sin embargo, la extensión del año virgen no siempre es la correcta.

El Doctor en Astronomía, Carlos Bornancini, quién se desempeña en el Instituto de Astronomía Teórica y Experimental de la provincia de Córdoba, explicó a 24CON que el año realmente dura un poco más. “son 365 y un cuarto de día, son 365.25 días. Por eso cada cuatro años se agrega un día. Pero no hay un número fijo exacto, año a año se modifica unos decimales”.

El año terrestre es el tiempo en que el planeta Tierra demora en dar una vuelta completa alrededor del sol. No obstante existen presiones externas que pueden modificar ese movimiento. “Planetas como Venus o Mercurio ejercen cierto movimiento sobre la Tierra que genera que el movimiento sea un cono en el espacio pero es perceptible cada 25 mil años”.

A su vez el astrónomo explicó que la fecha del final y el comienzo del ciclo de 365 días es completamente arbitraria y nada tiene que ver con el movimiento de la Tierra con relación a los astros: “La elección del  1 de enero es convencional y de aspectos religiosos. Si tuviéramos en cuenta al Sol, tendríamos el equinoccio o el solsticio. Describe un helicoide, en el equinoccio el sol esta justo en el punto este. La mayoría de las culturas de América, toman el solsticio de invierno como el comienzo del año,  ya que a partir de ese momento la altura del sol comienza a incrementarse”.

Si bien el verano no es la mejor época para mirar al cielo en búsqueda de estrellas o cuerpos celestas, ya que las altas temperaturas provocan brumas, corrientes de aire y nubes que disminuyen la calidad de la imagen, este 1 de enero nos mostrará de forma especial parte de su cielo, “el 31 si uno se fija hacia el Sol y hacia el oeste se puede ver a Júpiter como un punto bien brillante. A las dos o tres de la mañana se va a ver a Saturno y antes del amanecer se podrá ver a Venus”, finalizó Bornancini.

El fin de año plantea un momento de balance, aunque como representa también un final de un ciclo puede acarrear nostalgia y hasta pena, “no deja de ser un duelo y como en todo duelo la persona se puede volcar hacia la tristeza” explicó la Licenciada en Psicología Mariana Suarez, “pero también hay quien capitaliza ese duelo al hacer un balance del año y planear proyectos para el año venidero”, agregó.

“Un duelo implica una perdida, también tristeza, pero se puede capitalizar. El término del año marca el paso del tiempo. Lo que se logró o lo que no. Lo bueno es ver el vaso lleno y no vacío. Las fiestas también tienen la connotación de reunir a la familia y hacer notar quien falta, o los enojos con otros, a veces hay que pasarlas por obligación con personas con las que no se tiene un buen vínculo. Lo bueno es poder festejar con los que uno si quiere reunirse. En la mayoría de los casos la familia hace de contención para superar ese duelo. Las fiestas revelan las emociones” apuntó la especialista sobre el lado nostálgico y hasta triste de las fiestas.

 

Pero no todo es pena, “hay clima festivo, tiene que ver más con lo cultural, sobretodo fin de año más que navidad, hay que tirar todo por la ventana porque parece que termina el mundo, por eso se toma más, se come más, es una necesidad para poder terminar el año. Con el alcohol la gente está contenta a la fuerza pero es parte de la cultura. Hay que aprovechar el fin de año para reflexionar, pensar qué funcionó y por qué. Pensar qué tiene pendiente y qué metas tiene, qué puede hacer en el nuevo año que es una oportunidad. Y no sólo quedarse con el clima festivo, esta bueno tomarse cinco minutos para pensar en el año qué pasó y en el que viene”.

Aún cuando la Nochevieja y el Año Nuevo pueden ser entendidos como una bisagra, en donde se replantean los proyectos, otros sostienen que el año nuevo poco tiene que ver con los ciclos de las personas: “El Año Nuevo es un mito” disparó la astróloga Jimena Lagomarsino quien alcanzó el titulo de Técnica en Astrología en el Centro Astrológico de Buenos Aires. “Cada uno tiene un ciclo que se renueva cuando cumple años. Tu año empieza cuando cumplís años y termina cuando cumplís el otro año. Igualmente hay una corriente, la astrología mundana que estudia el efecto de los movimientos de los planetas sobre las figuras y los países. Según el astrólogo Andre Barbault, que hizo un análisis porcentual de los planetas, el 2011 va a ser el mejor año dentro de la crisis económica que atraviesa el mundo, pero el 2012 va a ser catastrófico a nivel económico” adelantó.

La especialista sostuvo que el calendario que se utiliza actualmente es “metafórico” e “incorrecto”: “El calendario de los egipcios era el que estaban bien. Los planetas transitan alrededor del sol de una forma que se puede medir concretamente. Ellos con su calendario Podían averiguar como iba a ser el año completamente. Pero ellos comenzaban el año en marzo, con el solsticio”.

 

La astróloga se animó además a adelantar como será el 2011 para la Argentina: “El 2011 se lo debe encarar de la mejor manera y haciendo inversiones todo lo que les sea posible durante el tiempo que esté como presidenta Cristina Fernández de Kirchner; ella tiene una buena combinación entre su propia carta natal y la de la República Argentina” finalizó Lagomarsino.

Los festejos para fin de año no pueden excluir al sexo. Culturalmente las fiestas son el momento en donde más alcohol se consume, donde los sentimientos y las emociones para con el otro están a flor de piel, y además de regalos y presentes, es cuando cada persona le desea lo mejor al otro. No obstante, no es la mejor época para la intimidad: “Depende del momento personal de cada persona, pero es más fácil que haya sexo en las vacaciones que durante las fiestas” apuntó la Psicóloga y especialista en Sexualidad, Licenciada Virginia Martínez Verdier.

“En las fiestas depende de que si están solas, o iniciando una conquista, van a estar más motivados y el deseo va a ser mas explícito. En cambio si tienen hijos tienen que estar más atentos y centrados en la cosa familiar que en la pareja” explicó la sexóloga e hizo hincapié en diferenciar las fiestas, ya que la navidad “es más familiar, de recogimiento, para pensar y hacer balances”. Mientras que el año nuevo se predispone mejor para dedicarle la jornada a la intimidad y los juegos sexuales: “El año nuevo es más exacerbado, de festejo por lo malo que se va y lo bueno del año que hubo, eso hace estar con mejor predisposición. El alcohol en una dosis baja desinhibe, al desinhibir puede aflojar a nivel sexual, pero cuando se pasan de alcohol duerme el sistema nervioso sexual y no solo se duerme la persona sino que también puede aplacar el deseo”.

No obstante las fiestas de fin de año, y el año nuevo mismo, dan lugar a la llegada de las vacaciones, el momento álgido sexualmente hablando: “Las vacaciones son la muestra de cómo se lleva la pareja. Las obligaciones en general suelen distanciar los encuentros íntimos, en las vacaciones no hay otra cosa mas que descansar, ahí es donde se ve realmente la pareja” finalizó Martínez Verdier.

Ya sea por astronomía, por psicología, por las predicciones o el placer, el año nuevo llega como una bocanada de aire y es el momento propicio para evaluar los pasos ya dados y hacia donde encaminar los nuevos pasos. Es el momento de proyectar la mejor manera de aprovechar los 365 días venideros.

 

30 de diciembre de 2010

 

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