Le regaló una noche de lujuria, lo filmó y le pidió 10 millones de pesos
Accedió a tener sexo con un empresario pero aprovecho el momento para registrarlo y extorsionarlo.
El hombre fue víctima de una oscura trama en que la acusada contó con la ayuda de un cómplice. Se sospecha, además, que le desvalijaron la casa luego del encuentro sexual. Varias pruebas complican a la imputada.
Una mujer de mucha ambición y pocos escrúpulos intentó extorsionar a un acaudalado empresario del rubro de la construcción con un recurso muy antiguo pero aún efectivo: el sexo. Para ello, instaló cámaras de filmación estratégicamente en distintos ángulos de su casa y las puso a grabar mientras mantenía un encuentro amoroso apasionado y genuino con la víctima. Luego, con la ayuda de un cómplice que aún no pudo ser identificado, editó las imágenes y las remató con un mensaje: “Depositá diez millones de pesos en la cuenta porque si no le voy a mostrar esto a todo el mundo”.
Luego de la denuncia del empresario, comenzó una investigación en que la mujer terminó procesada y va camino al juicio oral y público por los presuntos delitos de extorsión en grado de tentativa, en concurso real con de robo en poblado y en banda.
El juez de instrucción Osvaldo Rappa, primero, y la Sala Cuarta de la Cámara del Crimen porteña, luego, con las firmas de los magistrados Alberto Seijas, Carlos Alberto González y Marcelo Lucini, pusieron las cosas en su lugar. Con un agregado: encontraron puntos de contacto del intento de extorsión con otro episodio delictivo que tuvo como blanco a esa misma víctima.
El 14 de mayo pasado, el hombre fue asaltado en su casa de Donato Álvarez al 100, de esta Capital. Supuso que se había tratado de un hecho más de inseguridad sin otras connotaciones y pensó que debía tomar mayores recaudos para evitar que se repitiera.
Pero en el video extorsivo “se aprecia la participación de una persona de sexo masculino que guardaría gran similitud fisonómica con uno de los sujetos que participó del desapoderamiento que sufriera” el empresario, sostiene el fallo.
No fue el único error que cometió: también anotó de su puño y letra el número de cuenta al cual su víctima (cuyos datos se omiten por tratarse de una cuestión de índole privada) debía depositar el dinero. “Cobra gran importancia el trozo de papel manuscrito que oportunamente aportara el denunciante, y que fuera reconocido por M. como de su puño y letra, pues allí consignó el número de cuenta, la suma requerida y la fecha en la que ésta debía ser depositada, lo cual refuerza aún más la versión de los hechos”, subrayaron los camaristas.
El tribunal consideró necesario que el expediente pase rápidamente al juicio oral y público. “Este marco probatorio, y demás elementos de cargo valorados aconsejan el avance del proceso a la etapa de debate, por lo que corresponde confirmar el auto de procesamiento dispuesto en la instancia anterior”.
15 de octubre de 2010
Fuente: Tiempo Argentino
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