El circo Houdini encierra leones al costado de la ruta
Están encerrados en jaulas. No tienen libertad ni para darse vuelta. Piden que lo saquen
A falta de espacios libres, el circo Houdini se apostó frente a la ciudad de Mar de Ajó. Turbio. Los organizadores prefirieron esquivar la ordenanza municipal que mantiene vigente el partido de la Costa donde se prohíben los circos itinerantes y se instalaron a 700 metros de San Bernardo sobre la ruta nacional 11, partido de General Lavalle. Y trajeron consigo “la miseria de los animales enjaulados y maltratados”, denunció a 24CON el fotógrafo y fundador del Proyecto Fotográfico Libertad, Roberto García.
“El circo del terror” pertenece a Jesús Gabriel Airoldi de 29 años. Un hombre que a principios de 2010 se jactaba de traer al mundo “a dos leoncitos africanos en nuestra sede de Libertador y Salta”, de dicha ciudad balnearia. Pero no todo es color de rosa para el mundo circense.
Según comentó García, cuando viajaba por la interbalnearia a mediados de enero, vio las descoloridas carpas al costado del camino y con más dudas que certezas desenfundó su cámara. Acostumbrado a toparse con lo peor, ya que lidera el proyecto de fauna libre hace varios años, enfiló directo hacia las jaulas.
“Los leones están encerrados en espacios de poco más de tres metros donde no tienen lugar ni para girar”, denunció el fotógrafo. Además, indicó que nadie estaba cuidando de los animales al momento de su llegada y señaló que lo hizo dos veces durante el día, una a la mañana y otra por la tarde, y “nunca vi a alguien preocupándose por ellos”, dijo.
La lógica del proteccionismo refleja la cara opuesta a esta dramática estampa. Al contrario de lo que sucede en Houdini, “lo leones, como los demás animales que estén en cautiverio, para que vivan mejor y al menos puedan soportar la ya difícil vida que tienen, deberían al menos contar con una fosa para que no estén en contacto con humanos”, recalcó el también líder del proyecto que pretende mostrar al país al natural, Argentina en Imágenes.
Reducidos a la servidumbre de sus empleadores, los leones no tienen otra que soportar. “Tendrían que tener, también como condición mínima para que estén algo mejor, un lugar para esconderse si es que no quieren ser vistos por nosotros”. García cree que los felinos no son utilizados para las actuaciones del circo, al contrario, supone que los dejan al costado de la ruta como una “vidriera” para atraer turistas.
Esta no es la primera vez que el Houdini genera polémica. En su larga trayectoria por la Costa Atlántica el complejo fue instalándose en diferentes ciudades de las cuales siempre fue rechazado por vecinos y agrupaciones proteccionistas. Incluso recibió serias acusaciones por parte del plano político. El emblemático caso costeño se dio en el verano de 2008 cuando las carpas se instalaron en la rotonda de acceso a Villa Gesell, sobre la avenida Circunvalación y calle 105, donde fueron rotundamente rechazados.
Ese mismo año el circo sufrió un categórico golpe bajo que no hace más que sostener los dichos del fotógrafo: Miembros de Control de la Guardia Urbana de La Plata detuvieron un camión perteneciente a la firma Houdini en cual se trasladaba a un león en “pésimas condiciones”, según lo expresaron en ese entonces.
El pobre animal, dijeron, estaba “visiblemente flaco” y por tal motivo fue derivado al Zoologico de La Plata para su guarda.
FOTOS: Roberto García
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