Volver a la luna para viajar a Marte
Después de 40 años del histórico alunizaje de Neil Armstrong y Buzz Aldrin, la NASA regresará a la Luna.
Regalo de poetas enamorados y dueña de miradas, la luna siempre llamó la atención de la raza humana, sin embargo hace cuatro décadas y sólo en seis oportunidades el hombre se paseó por sus valles y cráteres.
No obstante, contradiciendo a la crisis financiera mundial y a los años de abandono, la NASA lanzó dos nuevas sondas lunares para preparar al satélite natural como una nueva base estratégica para futuros viajes a Marte.
Las sondas LCROSS y LRO (Lunar Crater Observation and Sensing Satellite y Lunar Reconnaissance Orbiter) fueron lanzadas por un cohete Atlas V desde Cabo Cañaveral a principios de junio con el fin de alcanzar la luna y realizar análisis de la superficie selenita para encontrar el lugar propicio para instalar una base humana y buscar agua.
La sonda LCROSS son dos naves, una buscará impactar violentamente contra en el polo sur de la luna para crear un cráter lo suficientemente profundo para que no llegue la luz del sol, y la otra nave monitoreará la nube de polvo y gases que genere el impacto y luego el cráter mismo con el fin de encontrar rastros de agua, ya sea en evaporación, en la nube post impacto, o congelada en la profundidad del cráter. Por último esta segunda nave, también impactará contra la superficie lunar.
En caso de encontrarse el vital elemento se solucionaría uno de los principales problemas que debería afrontar una posible población humana en la luna.
La LRO que fue lanzada junto a la LCROSS llegó a la orbita lunar a fines de junio desde donde fotografía la superficie del satélite para corroborar el estado de los instrumentos y restos dejados por las misiones Apolo y para identificar el mejor lugar para instalar una base operativa en 2020. Desde esta futura base partirían los vuelos tripulados a Marte.
No obstante, contradiciendo a la crisis financiera mundial y a los años de abandono, la NASA lanzó dos nuevas sondas lunares para preparar al satélite natural como una nueva base estratégica para futuros viajes a Marte.
Las sondas LCROSS y LRO (Lunar Crater Observation and Sensing Satellite y Lunar Reconnaissance Orbiter) fueron lanzadas por un cohete Atlas V desde Cabo Cañaveral a principios de junio con el fin de alcanzar la luna y realizar análisis de la superficie selenita para encontrar el lugar propicio para instalar una base humana y buscar agua.
La sonda LCROSS son dos naves, una buscará impactar violentamente contra en el polo sur de la luna para crear un cráter lo suficientemente profundo para que no llegue la luz del sol, y la otra nave monitoreará la nube de polvo y gases que genere el impacto y luego el cráter mismo con el fin de encontrar rastros de agua, ya sea en evaporación, en la nube post impacto, o congelada en la profundidad del cráter. Por último esta segunda nave, también impactará contra la superficie lunar.
En caso de encontrarse el vital elemento se solucionaría uno de los principales problemas que debería afrontar una posible población humana en la luna.
La LRO que fue lanzada junto a la LCROSS llegó a la orbita lunar a fines de junio desde donde fotografía la superficie del satélite para corroborar el estado de los instrumentos y restos dejados por las misiones Apolo y para identificar el mejor lugar para instalar una base operativa en 2020. Desde esta futura base partirían los vuelos tripulados a Marte.