El libro que enseña a hacer el amor como quiere Jesús

"Sexo como Dios manda" alienta prácticas como el sexo oral o la estimulación manual. Fue best-seller en Europa y ahora llega a la Argentina.

Por Jonathan Raed
La mayoría de los católicos, abocados a su religión, no siguen los dogmas de la Iglesia al pie de la letra. Más que nada en cuanto a placeres sexuales respecta. Asimismo, existe un gran número de creyentes -más ortodoxos, si se quiere-, que sí intentan no fallarle a su Dios en ningún aspecto.

Hablando de sexo, la Iglesia siempre pidió que sea entre personas casadas y con la procreación como fin principal: desestimó el coito como placer. Esto hace que los católicos más cercanos a su Iglesia no puedan gozar de una vida sexual plena. Tiempo pasado, dogma pisado. El requisito fue desestimado por el franciscano Ksawery Knotz.

Este cura polaco contó con la aprobación de la Iglesia Católica polaca (de la cual proviene el otrora Papa, Juan Pablo II) para editar su libro "Sexo como Dios manda" (aunque la traducción del título original es "El sexo que no conoces, para parejas que aman a Dios"), el cual ya se conoce como "El Kama Sutra cristiano" y se expandió rápidamente por el este de Europa, siendo best – seller en su Polonia natal el último año y traducido al inglés, italiano y eslovaco. Ahora, fue traducido al español y aterrizó en Argentina.

Knotz contó al diario británico "The Guardian", desde su residencia en un monasterio de las afueras de Cracovia, que "algunas personas, cuando hablan de las relaciones sexuales dentro del matrimonio católico, piensan que están privadas de alegría, pasión y fantasía. Creen que el sexo tiene que ser triste como un himno tradicional de la iglesia. Son personas que no entienden que Dios quiere que tengan una vida feliz".


Knotz asegura que los matrimonios católicos no tienen por qué privarse de una vida apasionada y de los placeres sexuales. De hecho, asegura que "los esposos pueden demostrarse amor de todos los modos, brindarse incluso las caricias más rebuscadas y recurrir a la estimulación manual u oral", a lo cual agrega: "La excitación de los órganos sexuales con la ayuda de los labios o de la lengua como elemento del juego previo es moralmente admisible y no se debe buscar pecado en tales conductas", a diferencia de lo que pregonan los paradigmas cristianos que rigen en la actualidad.


En tanto Knotz, si bien se reconoce como un erudito del sexo en cuanto a la teoría, aclara que en la práctica está a la par de un preadolescente. Por lo cual para confexionar su obra entrevistó a decenas de parejas. Pese a su inexperiencia en la práctica, el fraile bien sabe que a la mujer se la debe dejar contenta. "El amor del marido por su esposa lo obliga a que después de su propia satisfacción acaricie la vulva y el clítoris hasta que ella alcance el orgasmo".

 

Asimismo, asegura que "el momento más significativo y culminante es el de la penetración. Es el momento de la unión, de ser 'una sola carne' no sólo en el sentido de la mayor proximidad física, sino también de la unidad psicológica y espiritual".


"Siempre escuché a las pareja cristianas largamente hasta que sus problemas encontraron un lugar en mi mente. Me gustaría que fueran felices en su vida sexual y que entiendan que las enseñanzas de la Iglesia no quieren que se sientan culpables", concluye Knotz. Se sienta un precedente en la Iglesia Católica.

¿Quiere recibir notificaciones?
Suscribite a nuestras notificaciones y recibí las noticias al instante