El ejemplo pertenece a @gemidoras, el twitter de la página Gemidoras.com, donde se publican nombres, números de teléfono y direcciones de chicas que venden su cuerpo a cambio de dinero. Lo que otrora fue el famoso Rubro 59, hoy prohibido por el decreto 936 de 2011, que financió litros de tinta de varios diarios nacionales, ahora se pasó a los bits a través del pajarito.
De esta forma surge una nueva interrogante: ¿Es legal promocionar la prostitución a través de las redes sociales? La modalidad, lógicamente, no aguardó a la legislación y saltó a la Web sin escala. Y suma seguidores a mansalva, por cierto. “Mariana 22 AÑOS !!! DIOSA RE-ZARPADA !!! SEXO A FULL !!!” (SIC) o “SOLCITO 24 Años… RUBIA ALUCINANTE !! NUEVITA EN RAMOS !!!” (SIC) A continuación, por lo general, aparece el número de contacto y un link a una fotografía prohibida.
“La realidad es que este tipo de actividad, a través de los años, siempre fue mutando”, dijo a 24CON Fabiana Túñez, la directora de La Casa del Encuentro, organización civil que trabaja con mujeres víctimas de opresiones, violencia y trata. Si bien la prostitución en forma independiente no está vedada en Argentina, sí está penado el proxenetismo y, para Túñez, “el 80% de estas personas se encuentran en esa situación de explotación”.
Hace dos años, y por decisión del Ejecutivo, se prohibieron "los avisos que promuevan la oferta sexual o hagan explícita o implícita referencia a la solicitud de personas destinadas al comercio sexual, por cualquier medio, con la finalidad de prevenir el delito de Trata de Personas con fines de explotación sexual y la paulatina eliminación de las formas de discriminación de las mujeres".
Aunque el viento también sopla en otras direcciones. “El problema número uno en estos casos es que los varones suelen consumir servicios sexuales pagos y sin ellos el servicio no existiría”, apuntó a este medio Sara Torres, la presidenta de la Coalición Argentina contra la Trata y el Tráfico de personas (CATW). Desde este lado de la ecuación, la esclavitud y la dependencia estarían alimentadas por la cantidad de clientes o, virtualmente hablando, de seguidores.
@Gemidoras posee 1787 de ellos y 1282 tuits. Las conversaciones, como se denominan a las interacciones entre el emisor del tuit y aquel quien lo reenvía o lo responda, son nulas. Lo que determina que, a partir de la publicación del teléfono de las chicas, el contacto por Twitter pierde trascendencia. Por ende, este funciona exclusivamente como intermediario.
Para Torres, la regulación de estos avisos tiene un horizonte muy lejano. “Los organismos de control no funcionan bien a nivel diarios y otros medios de comunicación, por lo que en Twitter y Facebook no creo que puedan tener injerencia”. Además, “todavía la red no tiene recursos para eso (N. del R.: prohibirlo), ni tampoco creo que se quiera hacerlo. Es algo que quizá cuando haya algún problema serio, y que este salga en los medios, tome notoriedad y se tome alguna medida”.
Pese a la difusa frontera que aun existe entre los medios tradicionales y los digitales, la problemática excede, en el caso que se quiera tratar, a la legislación nacional. Así lo explicó a 24CON Daniel Monasterski, abogado especialista en delitos informáticos: “Si es que se trata en algún momento, la ley que se defina podría aplicarse en sitios registrados en el país, pero no es el caso de Twitter”.
Monasterski puso sobre tablas otra temática que excede a este informe pero que está directamente relacionado con las responsabilidades de los mensajes: “Si vos retuiteás algo, ¿quién tiene responsabilidad sobre eso? Lo podés reenviar por varios motivos, entre ellos porque te parece piola o para denunciarlo”.
Desde el punto de vista de las organizaciones civiles, la trama que se teje detrás de un tuit de este talante es más frágil que un simple modo de subsistencia: “La trata de personas, la violencia de género y todo tipo de opresiones son parte de la domesticación que domina al negocio de la prostitución, que está sostenido por las drogas y las amenazas familiares”, indicó Torres.
Ni Twitter es muy transparente
Si pudiera determinarse que un tuit con oferta sexual es enviado por una oscura red de trata de personas, entonces la ley podría recaer con todo su peso sobre el autor. Sin embargo, la faena no es tan fácil. “En el caso de los enlaces a Taringa! y Poringa! (N. del R.: el abogado los nombra por ser casos conocidos no de trata sino de links que han generado casos legales sobre violación a derechos de la intimidad, entre otros), puede determinarse el servidor donde están, pero Twitter no es tan transparente”, expuso el especialista en delitos informáticos.
A la sazón, en los seis años que lleva funcionando, la red de microblogging lanzó recientemente su segundo Informe de Transparencia, donde la empresa publica información referida a petitorios de la justicia y del gobierno sobre información de usuarios (1.858), solicitud de retirada de contenidos (48) y notificaciones vinculadas a violaciones de derechos de autor (6.646). Con este currículum, difícilmente pueda tenerse un control de aquellos que delinquen en la red.
29 de enero de 2013