iPhone 4: Un teléfono que sirve para todo, menos para hablar
El esperado iPhone4 finalmente salió a la venta y, como todos los productos de Apple, colmó las expectativas: su diseño es impecable, el sistema táctil no presenta errores, la pantalla y la cámara tienen una definición excelente y el sistema operativo corre con una agilidad increíble.
Tanto expertos como usuarios detectaron de inmediato que la reiterada incapacidad para comunicarse -falta de señal, llamadas o bajadas de datos que se cortan, ruidos, interferencias o voces entrecortadas, etc.- se debía al lugar donde había sido colocada la antena, ubicada en este modelo en el borde lateral izquierdo del teléfono.
Concretamente, si el usuario toma el equipo con la mano derecha no tiene problemas de conectividad, pero si en la misma ubicación lo toma con la izquierda aparecen como por arte de magia los inconvenientes mencionados.
Hasta aquí no era más que un defecto de hardware, sin duda costoso para la empresa productora, pero solucionable. Pero un mail de Steve Jobs, el legendario fundador y actual director ejecutivo de Apple, desató la ira y la burla hasta de los más fanáticos defensores de los productos de la manzanita.
Tras indicar que todo depende de cómo de agarre un teléfono para que la antena funcione mejor o peor, Jobs recomienda a los que compraron su nuevo equipo -por el que pagaron 199 o 299 dólares, dependiendo de la memoria- que eviten "tomarlo por la esquina inferior izquierda”.
La cólera que provocó el comentario no se hizo esperar y apareció de inmediato en Internet, con lujo de gráficas, fotos e indicaciones sobre las posiciones que debían adoptarse para usar un iPhone4.
Entre los que se mostraron más indignados están los zurdos. Por ejemplo, la organización británica "Left Handed Club”, que reúne a más de 90.000 zurdos, expresó su enojo con Apple por recomendar a sus clientes sostener el teléfono con una postura "antinatural" para los que usan prioritariamente su mano izquierda como forma de evitar los problemas de cobertura del equipo.
Apple se dio cuenta del error cometido por su máximo jefe y trató de arreglarlo con un comunicado en el que se desdice. "El error no es un problema de la antena, si no un fallo en la forma en la que el celular representa la cobertura", afirma el texto refiriéndose a las clásicas barras que indican la potencia de la señal.
En otras palabras, el error sería de software -y no de hardware- y "en pocas semanas” se lanzaría un "parche” para solucionar el problema, según el comunicado. Igualmente, para los que no quedaran conformes y quisieran devolver el equipo, Apple prometió darles el cien por ciento de lo pagado sin hacerles el descuento del diez por ciento, como es habitual en esa compañía.
A juzgar por los hechos, la reacción fue tardía. La explicación dada por Apple fue calificada, en los mismos foros de la empresa, como una serie de "tonterías" y "falsedades". Si el fallo en la representación de la calidad de la señal ha estado siempre presente en todos los iPhone, como asegura la compañía en su comunicado, ¿por qué nadie se percató y justo comenzó a dar problemas en el modelo en el que se cambió el diseño de la antena?, preguntan los usuarios.
A ellos se suman los que afirman que Apple lanzó la nueva versión de su famoso teléfono de manera irresponsable, sin haber hecho las pruebas necesarias, y los que recuerdan las pésimas condiciones laborales de los empleados de Foxconn en China, fabricante de los equipos de la empresa, donde más de una decena de trabajadores se suicidaron a principios de año, antes del lanzamiento internacional del iPad.
Pero quizás uno de los problemas más graves que enfrenta Steve Jobs actualmente, además de la publicidad en contra, es la demanda colectiva que presentaron dos estudios de abogados de Maryland (Estados Unidos) contra Apple y AT&T, la operadora que distribuye el "smartphone” en ese país.
En la denuncia judicial, los querellantes acusan a ambas compañías negligencia y falsedad, defecto en el diseño tecnológico, la fabricación y el montaje, violación e incumplimiento de la garantía, prácticas comerciales engañosas, mala representación intencional y fraude por encubrimiento.
Nadie puede predecir cómo culminará este proceso y la suerte que correrá el tan esperado iPhone4. Pero si de algo sirve no estar en el centro del desarrollo tecnológico, es que el lanzamiento de este teléfono en la Argentina estaba previsto recién para septiembre, cuando el problema, ya sea de hardware o de software, seguramente ya habrá sido solucionado.