El dolor de los vecinos que regresaron al edificio

Quienes viven en la cuadra del lugar del siniestro, pudieron regresar acompañados por Defensa Civil. Testimonios del desconsuelo.

A partir de este viernes, los vecinos de Salta al 2100, la cuadra afectada por el derrumbe del edificio de Rosario que dejó hasta ahora un saldo de 13 víctimas mortales, pueden ingresar a sus casas acompañados por agentes de Defensa Civil, únicamente para retirar pertenencias ligeras.

La noticia fue confirmada por el ministro de Seguridad de Santa Fe, Raúl Lamberto, quien  precisó que las autoridades del municipio y de la provincia tomaron la decisión de manera temporal y que por ello se permite el ingreso "para que puedan retirar sus pertenencias personales, documentos y dinero".

Además, detalló que por ahora sólo pueden ingresar a sus domicilios los habitantes de "viviendas que no han sido afectadas directamente por la explosión sino que recibieron la onda expansiva".

"Entré a acompañar a mi padre. La verdad, fue una conmoción para él que vive aquí con mi mamá: su balcón destruido, las paredes rajadas. No pueden volver a vivir en ese lugar hasta que sea reparado", dijo a la agencia Télam Mariela Salatín, hija de Néstor y Margarita, ambos de 68 años, residentes del 7º A de Balcarce 208.  La mujer y su padre retiraron documentos, medicamentos y ropa, mientras, en el lugar se sucedían escenas de angustia y dolor de vecinos después de ver el estado en que quedaron sus viviendas.


Salatín, quien alojó a sus padres provisoriamente en su propia casa, contó que cuando ocurrió la explosión su papá había ido de compras y su mamá, que tiene problemas de salud, estaba sola en el departamento.


"Vivo a tres cuadras. Sentí el ruido y estaba bajando a ver qué pasaba, cuando sonó el celular. Era mi mamá que a los gritos me pedía auxilio. No recuerdo a quién llamé de emergencias pero actuaron inmediatamente y a los diez minutos ella fue la primera en ser evacuada", relató.

 

Las personas autorizadas ingresaban con valijas, bolsos y mochilas para retirar ropas y otras pertenencias. Leandro Azcárate, comerciante, dueño de una lencería en Salta 2120, frente al edificio siniestrado, pudo retirar documentos y carpetas relacionadas con su actividad comercial.


"No pude sacar mercadería porque el cielorraso se está viniendo abajo. No sé qué voy a hacer. Para la seguridad, por Salta está la Gendarmería y por Balcarce la Prefectura. No me queda otra que confiar", dijo a Télam.


El día de la explosión, Azcárate estaba en Buenos Aires comprando mercadería. Su empleada le contó que sintió un ruido tremendo y cuando se acercó a la vidriera, vio a dos hombres que corrían y pensó que se trataba de un robo. También escuchó un zumbido y cerró el negocio. Cuando se produjo la explosión, la onda expansiva la tiró 30 metros.
Azcárate conocía a algunas de las víctimas, como la estudiante universitaria Débora, que fue hallada sin vida en las últimas horas.


Alejandro (35) vivía en el 2° piso de un edificio ubicado en la esquina de Salta y Balcarce y al momento de la explosión estaba trabajando. "En el departamento quedaron mi esposa María Fernanda embarazada y mi hija de 2 años", contó. El hombre relató que fue la nena, María Virginia, quien le dijo a su mamá que corrieran. "Salieron juntas de la mano en pijamas por las escaleras".


Todavía conmovido contó su esposa dio a luz en la madrugada del miércoles "horas después de la explosión", ocurrida a metros de su casa. "Todo fue muy rápido, tuvo un parto hermoso y ahora tengo a mi hijo que se llama Juan Cruz". Alejandro y su familia, que vive provisoriamente en la casa de sus padres, volvió a su departamento hoy a retirar cosas personales, entre ellos el "chupete" de la nena y parte del ajuar que tenía preparado para el bebé.


El hombre explicó que está evaluando si accede al subsidio ofrecido por el Estado. "Creo que si eso puede ayudar a otras familias que están en peores condiciones que nosotros, podríamos renunciar. Somos laburantes comunes pero nos salvamos, estamos bien dentro de todo, tenemos contención y eso no tiene precio", dijo con la voz quebrada.


Norberto Fratino (75) y su esposa Liliana Cachaldore, del 5° piso del edificio de Salta 2145 frente al complejo siniestrado, vieron hoy cómo había quedado su casa. "Tenemos roturas en las ventanas que fueron arrancadas, hay puertas y vidrios por todos lados, sacamos lo necesario y por ahora estamos viviendo con un hermano en (la localidad de) Arroyo Seco", contó Norberto.


"El estallido fue enorme tras incorporarme, busqué a mi esposa y salimos por las escaleras con lo puesto. Es lo que tenemos, hace 20 años que vivimos allí y ambos estamos jubilados", dijo Norberto abrazado a su mujer, mientras cargaba en una camioneta las pocas pertenencias que logró rescatar.

 

9 de agosto de 2013

 

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