La era digital y sus implicancias
Génesis de una flogger star
La Cumbiofest, las primeras reuniones en Abasto, el nacimiento espontáneo de la comunidad flogger y su esparcimiento en los adolescentes de todo el país. ¿Cómo fue el inicio de Cumbio? ¿De qué se trata el fenómeno?
En el primer fotolog que Cumbio armó hace 4 años, sólo subía imágenes o letras chinas y era uno más entre los primeros miles que comenzaban a crear el fenómeno. Su camino al éxito no fue fácil, dice que tuvo que "firmar muchísimos" otros sitios para hacerse conocida.
Realmente su "estrellato" comenzó hace 2 años, cuando creó su actual espacio (www.fotolog.com/cumbio), que alcanza picos de 75 mil visitas y no menos de 30 mil por día. En total, suma alrededor de los 3 millones. Situación que también aprovechó por ser una de las precursoras en organizar reuniones floggers en el shopping Abasto, todos los miércoles, aunque hace unos meses por tiempos de la escuela pasaron a los domingos.
"Cuando todavía no era muy conocido mi fotolog, organicé una fiesta en frente de mi casa a la que fueron 300 personas, una cantidad enorme. De ahí se empezó a hacer conocida la Cumbiofest", recuerda Agustina. La adhesión fue casi inmediata y los pocos meses los encuentros en Abasto convocaban a 1500 chicos, y hasta a veces, llegó a alcanzar los 3 mil.
"La edad del pavo"
Según una de las últimas encuestas, más del 60 por ciento de los adolescentes de entre 12 y 20 años abrió su propio sitio. A pesar de la masividad del fenómeno, que posiciona a la Argentina en el segundo país con más usuarios (el primero es Chile), Cumbio reconoce: "Es una moda, ojalá que no sea pasajera. Porque me parece una de las más sanas que hay, no es nada malo ni sale caro. Es sólo tener Internet y hoy cualquier adolescente tiene".
El principal incentivo de los fotologs es conocer gente y hacer amigos. El método: subir fotos personales y lanzarse al mundo virtual. "Es mostrar un poco de vos, no es algo narcisista como dicen todos. Si yo pudiera poner una foto de mi mamá, de mi novia u otras cosas, pondría sólo las de ellos y contaría cómo me hacen sentir. Pero estaría violando una regla, porque te podes manejar sólo con tu foto", justifica Cumbio.
Por otro lado, si bien lo que identifica a los floggers es el consumo de fotologs, la comunidad comparte otras similitudes estéticas, como la ropa y el peinado. Aunque su máxima referente da su opinión y lo desmiente: "La vestimenta no tiene mucho que ver con nosotros. Da la casualidad de que los varones se vistan con un chupín rosa, pero lo que uses de ropa no te va a cambiar la vida. Para algunos les parece payaso, pero si uno es feliz ya está".
Tecnología y limitaciones
El fotolog tiene sus orígenes en el blog, otro sitio de diferente formato. Sus elementos relevantes son la publicación de fotos y los comentarios tantos del autor como de los firmantes. Además es importante la vinculación en la página de otras consideradas amigas.
Se distinguen aquellos llamados "Gold", en los que se debe abonar un determinado monto para poder subir más de una foto por día, pero hasta un máximo de 5. Según Cumbio, el sistema tiene varias limitaciones, como por ejemplo, escribir palabras como "sangre" o "violencia".
Realmente su "estrellato" comenzó hace 2 años, cuando creó su actual espacio (www.fotolog.com/cumbio), que alcanza picos de 75 mil visitas y no menos de 30 mil por día. En total, suma alrededor de los 3 millones. Situación que también aprovechó por ser una de las precursoras en organizar reuniones floggers en el shopping Abasto, todos los miércoles, aunque hace unos meses por tiempos de la escuela pasaron a los domingos.
"Cuando todavía no era muy conocido mi fotolog, organicé una fiesta en frente de mi casa a la que fueron 300 personas, una cantidad enorme. De ahí se empezó a hacer conocida la Cumbiofest", recuerda Agustina. La adhesión fue casi inmediata y los pocos meses los encuentros en Abasto convocaban a 1500 chicos, y hasta a veces, llegó a alcanzar los 3 mil.
"La edad del pavo"
Según una de las últimas encuestas, más del 60 por ciento de los adolescentes de entre 12 y 20 años abrió su propio sitio. A pesar de la masividad del fenómeno, que posiciona a la Argentina en el segundo país con más usuarios (el primero es Chile), Cumbio reconoce: "Es una moda, ojalá que no sea pasajera. Porque me parece una de las más sanas que hay, no es nada malo ni sale caro. Es sólo tener Internet y hoy cualquier adolescente tiene".
El principal incentivo de los fotologs es conocer gente y hacer amigos. El método: subir fotos personales y lanzarse al mundo virtual. "Es mostrar un poco de vos, no es algo narcisista como dicen todos. Si yo pudiera poner una foto de mi mamá, de mi novia u otras cosas, pondría sólo las de ellos y contaría cómo me hacen sentir. Pero estaría violando una regla, porque te podes manejar sólo con tu foto", justifica Cumbio.
Por otro lado, si bien lo que identifica a los floggers es el consumo de fotologs, la comunidad comparte otras similitudes estéticas, como la ropa y el peinado. Aunque su máxima referente da su opinión y lo desmiente: "La vestimenta no tiene mucho que ver con nosotros. Da la casualidad de que los varones se vistan con un chupín rosa, pero lo que uses de ropa no te va a cambiar la vida. Para algunos les parece payaso, pero si uno es feliz ya está".
Tecnología y limitaciones
El fotolog tiene sus orígenes en el blog, otro sitio de diferente formato. Sus elementos relevantes son la publicación de fotos y los comentarios tantos del autor como de los firmantes. Además es importante la vinculación en la página de otras consideradas amigas.
Se distinguen aquellos llamados "Gold", en los que se debe abonar un determinado monto para poder subir más de una foto por día, pero hasta un máximo de 5. Según Cumbio, el sistema tiene varias limitaciones, como por ejemplo, escribir palabras como "sangre" o "violencia".
