El perfil de un genocida
Jorge Rafael Videla fue un ex dictador y el cabecilla de la más sangrienta dictadura militar que tuvo el poder de la República Argentina. Culpable de secuestros, desapariciones y asesinatos, murió en una celda del penal de Marcos Paz.
Nació casi en los límites del Conurbano, el 2 de agosto de 1925 en Mercedes. Ingresó al Ingresó en el Colegio Militar de la Nación el 3 de marzo de 1942 y se graduó el 21 de diciembre de 1944 recibiendo el grado de Subteniente de infantería, fue el 6º de la promoción 73ª sobre un total de 196 cadetes. Cursó la Escuela Superior de Guerra entre los años 1952 y 1954 y se licenció con el título de Oficial de Estado Mayor.
Formó parte de la Secretaría de Defensa entre 1958 y 1960, dirigió la Academia Militar hasta 1962. En 1971 fue ascendido a general de brigada y nombrado por Alejandro Agustín Lanusse como director del Colegio Militar de la Nación. A fines de 1973, el comandante Leandro Anaya lo nombró Jefe del Estado Mayor del Ejército y el 27 de agosto de 1975,6 la presidenta María Estela Martínez de Perón lo nombró Comandante en Jefe del Ejército.
La última nota de Videla desde la cárcel – ACÁ-
El 24 de marzo de 1976 encabezó, junto a Emilio Eduardo Massera y Orlando Ramón Agosti el golpe de Estado que derrocó a la presidente constitucional María Estela Martínez de Perón, disgregó a los partidos políticos y cerró las sesiones del Congreso Nacional, dando comienzo al autoproclamado Proceso de Reorganización Nacional.
Fue el cabecilla de la dictadura desde 1976 hasta 1981. Comenzó allí la etapa más oscura, triste y sangrienta de la Historia Argentina. El resultado del plan que ideó junto a los demás jefes militares dejó como resultado 30.000 desaparecidos, cuantiosos daños económicos, un vacío social sin precedentes y hasta una guerra con una de las principales potencias militares del mundo.
Ya con el advenimiento de la democracia fue condenado a reclusión pepetua por crímenes del lesa humanidad en el renombrado Juicio a las Juntas, pero inundado al comienzo de la década del noventa. A partir de la declaración de inconstitucionalidad de esos indultos, en 2006, se reiniciaron las causas contra los genocidas y Videla fue nuevamente condenado a prisión perpetua por idear y ejecutar un plan sistemático y generalizado para robar y ocultar bebes.
A los 87 años de edad, murió en la mañana del 17 de mayo de 2013 en su celda, de cárcel común, del penal de Marcos Paz.
Tras su dictadura la palabra “desaparecido” fue tomada a nivel mundial para identificar al secuestrado, torturado y asesinado por motivos políticos en manos de una fuerza estatal o paramilitar.
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17 de mayo de 2013