El hijo de un cordobés vivió la masacre en carne propia

El nene fue evacuado y sobrevivió al tiroteo. Su padre argentino vive en Connecticut con su familia. "Es una sensación de angustia absoluta", dijo.

 

Santiago Baadbaty, un cordobés que hace 24 años vive en Estados Unidos, es padre de un pequeño de 7 años que concurre a la escuela Sandy Hook, donde este viernes se desató el feroz tiroteo que dejó al menos 27 muertos y varios heridos en Newtown, Connecticut.

Afortunadamente, Austin, de 7 años, pudo ser rápidamente rescatado por la Policía evacuado y salió ileso de la balacera, lo que el propio Baadbaty describe un "hecho fortuito".

"Ahora está conmigo en mi lugar de trabajo y está más relajado. Entiende todo lo que pasó pero no se da cuenta de la magnitud", señaló el hombre en declaraciones televisivas.

Santiago con su mujer Jodi, Austin y su hermanito.

Todavía conmocionado, Baadbaty contó que ninguna autoridad del colegio se comunico hasta el momento con él ni con su esposa Jodi, una estadounidense con la que tuvo a Austin.

Además, el hombre contó que no conoce personalmente al supuesto agresor, aunque sí conoce a su madre, que es una de las maestras del establecimiento.

"Me fui a Estados Unidos para vivir más tranquilo", explicó paradójicamente, y agregó que conseguir armas en ese país es demasiado sencillo. "Hay negocios de armas por todos lados", puntualizó.

 

Horas de desesperación

 

"Nos llegó un mail desde el colegio, donde se nos avisaba que no fuéramos a buscar los chicos porque había sucedido algo. No nos decían qué. Cuando le dije a mi señora Jodi, ella se puso muy nerviosa y a puro instinto de madre fue para allá", contó Baadbaty.

 

Según declaraciones del cordobés a la prensa, Newtown es una zona rural "re tranquila". Cuando Jodi, la señora, se fue al colegio "yo me quedé viendo las noticias y en una de las imágenes que pasaron me di cuenta que Austin estaba en el estacionamiento del colegio, al lado de un policía y junto a sus compañeros de segundo grado", relató.

 

"No hay palabras para explicar lo que se vive por estas horas. Es una sensación de angustia absoluta", describió el hombre de 49 años que se graduó de ingeniero en Estado Unidos y trabaja como administrador de un edificio.

 

Austin "está muy confundido y dijo que tuvo muchísimo miedo. Gracias a Dios, no le pasó nada. Así y todo, la tristeza que tenemos aquí es indescriptible", concluyó.

 

14 de diciembre de 2012

 

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