La vanidad de los intendentes

Ellos se muestran en Twitter, en Facebook y hasta eligen distintos canales de televisión para hacerse ver. ¿Vanidosos? Tal vez. Aunque su estrategia, pensada o no, se basa más que nada una cuestión generacional, en pertenecer a una era donde la exposición parece ser un arma fundamental para sus aspiraciones personales.


“La propaganda debe verse, entenderse, aprenderse y recordarse”. Esa es una de las premisas de la comunicación política a la que algunos de los mandamases del Conurbano, la zona de influencia electoral más grande del país, parecen hacerle caso.


Aunque no todos. Más bien hay dos bandos: los jóvenes que se muestran cada vez que pueden ante los medios, y los de la vieja guardia que ya gobiernan sus distritos por costumbre y que apuestan a responder la postura del “más vale malo y conocido que bueno por conocer”.


Esto tiene su costo. En una encuesta de la consultora de Julio Aurelio, publicada a mediados de año, los resultados fueron contundentes: Sergio Massa obtuvo el 88,6% de imagen positiva entre los vecinos de la zona. Le siguieron Martín Insaurralde de Lomas de Zamora (86,3%), Darío Giustozzi de Almirante Brown (85,7%), Patricio Mussi de Berazategui (82,1%), y Lucas Ghi de Morón (75,5%).


¿Qué los une? Su juventud, un promedio de 40 años, ser los políticos del futuro… Pero cabe destacar el protagonismo de los que encabezan el podio. Massa decidió expandir su poder de Tigre y ramificarse por el Interior provincial con vistas claras a las elecciones de 2013, y hasta se estima que se presente como candidato a gobernador para 2015.


Al igual que lo “empujó” a Francisco De Narváez, el “factor Tinelli” también tuvo mucho que ver. En pleno año que se disputaron las últimas elecciones legislativas, Mariano Iúdica lo caracterizaba en el famoso sketch de Gran Cuñado (que tal vez vuelva en 2013), lo que hizo acrecentar aún más su figura pública.


No es casualidad, también, que el jefe comunal de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, mida bien en las encuestas. Hace tres años que gobierna el municipio, pero recién hace uno que fue elegido por primera vez, ya que asumió tras la misteriosa renuncia de Jorge Rossi.


En estas últimas semanas Insaurralde inició una estrategia jugada que parece haberle dado sus frutos. Ni lerdo ni perezoso, aprovechó el sueño por el que baila Florencia Peña en Showmatch, para beneficiar a una ONG del distrito, y se hacía presente en los estudios del programa cada vez que la ex pechocha bailaba. 


Por supuesto que la cuestión no quedó ahí, ya que el mismo Tinelli los vinculó sentimentalmente en un juego mediático donde se mezcló la política y la fama, al mejor estilo Rodríguez Saá. “Mañana o pasado me presenta a sus hijos”, llegó a decir el jefe comunal, en tono de broma. Lo cierto es que su exposición mediática también tuvo sus costos, ya que le causó certeras críticas en Twitter, donde algunos usuarios consideraron que esa presencia en la televisión era pagada “por todos los contribuyentes de Lomas de Zamora”. Además, muchos olieron un eventual salto de Insaurralde, también con vistas electorales.


Como si fuera poco, otro salió a dar la nota. Se trata de Darío Giustozzi, de Almirante Brown, que además de desparramar una seguidilla de encuestas telefónicas por el GBA, fue protagonista de un extraño “chivo” publicitario en Graduados. Ojo, también le valió reproches de la oposición local.


Están además los que prefieren ser más moderados. Por ejemplo Fernando Gray, de Esteban Echeverría, suele comunicar la parte más popular de su gestión en programas como Intrusos o Más Viviana, siempre y cuando figuras del ambiente visiten la ciudad o participen de algún evento.

LOS QUE NO APARECEN


Las no campañas mediáticas no tienen que ver tanto con el perfil bajo sino con la plata, y sobre todo con la ambición de cada uno. Por eso en el Conurbano también están, lógicamente, los que no miden. En la misma encuesta de Aurelio, los puestos más bajos se los llevaron Francisco “Barba” Gutiérrez, de Quilmes, Julio Pereyra de Florencio Varela, Mariano West de Moreno y Darío Díaz Pérez.


Sin embargo, también están los “populares” (aquellos antagónicos de los “divinos”) que curiosamente son los menos conocidos. Puede ser el caso de Fernando Espinoza, de La Matanza, a quien sería realmente inadmisible verlo en Bailando por un Sueño, mucho menos saliendo con Florencia Peña. Inadmisible, pero no improbable. Pueden entrar en este grupete Joaquín de la Torre de San Miguel, o los más alejados Aníbal Regueiro (Presidente Perón) y Carlos Urquiaga de José C. Paz.


A grosso modo, los rostros de los Barones no son tan conocidos fuera del ámbito político en la población del Gran Buenos Aires. Sí, muchos de ellos son históricos armadores del PJ e influyentes personalidades de peso sobre todo en la relación que mantienen con sus patrones.


Sobre todo son los más pibes los que son fieles a la idea de “lo que no se ve, no existe”. Por eso intentan “existir”, hasta ahora, a cualquier costo. Cholulos, vanidosos, o simplemente estrategas políticos ansiosos y ambiciosos que buscan, al menos, aparecer un rato en la tele.

 

11 de diciembre de 2021

 

 

 

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