María Claudia Ledesma: "Los que me tienen que cuidar, son los que me quieren matar"
Denunció que su hija Melani murió por falta de atención y se convirtió en blanco de la patota. Logró estar cara a cara con Cariglino para reclamar justicia, pero pagó con aprietes, amenazas y golpes. "Me pusieron una navaja y me dijeron que no siga", explicó. Los cobardes hasta provocan destrozos en la tumba de su beba.
También sufrió maltratos y amenazas de la ex concejal cariglinista María Guzmán, quien vive a pocas cuadras de su casa. Más tarde, desde un auto tomaron fotos de ella en su hogar, para luego dejarle un paquete misterioso en la puerta, justo el mismo día y horario (9 de julio) que se lo dejaron a Oscar Bugliolo, padre de otra víctima. El paquete era una bomba.
Según las pericias, el elemento explosivo fue un cartucho de artillería antiaérea (con forma de misil) que llegó en una caja junto con cables y cinta. La munición estaba operativa – es decir, con carga activa lista para dispararse- y es una de las que se utilizaron a partir de la guerra de Malvinas. O sea, solamente se consigue en el Ejército o en la Fuerza Aérea, imposible de obtener para cualquier civil. En el distrito funcionaron los viejos polvorines. Dato para tener en cuenta.
Ledesma se cruzó días atrás con el Intendente cuando el jefe comunal irrumpió en las pericias por el ataque a vecinos y periodistas. Allí le pidió justicia y Cariglino la culpó por la muerte de la pequeña.“La tendría que haber cuidado usted, que la llevaba desnuda en moto”, atacó el funcionario en un episodio que quedó grabado en video.
Una semana después, a Claudia Ledesma le apedrearon la casa durante un cambio de turno de la custodia de gendarmería que tiene en su hogar (Ver Nota ). “Me dijeron que ni la custodia me iba a salvar”, explicó.
Los vándalos ni siquiera respetan la memoria de su hija. En el cementerio, Ledesma asegura que la tumba sufre robos y roturas de los recuerdos que le dejó. “Nos pegan en donde más nos duele para que no sigamos”, consideró. Y aseguró que teme por la integridad de sus otros hijos Florencia (19), Nicolás (10) y Lua (6); y su nietita de un año y medio. “Yo lo único que pido es justicia por mi hija, pero los que me tienen que cuidar son los que me mandan a matar”, finalizó.
13 de septiembre de 2012
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