Les prometió vacaciones, no cumplió y los despidió

Más de treinta trabajadores del área de Infancia de la Secretaría de Desarrollo Social de Quilmes convocaron a un paro de 48 horas para el jueves y el viernes próximos, en protesta por el despido de ocho compañeros “por motivos políticos”. El conflicto se originó cuando el grupo comenzó a reclamar que se respetara un acuerdo de diez días extra de vacaciones, con el que sorpresivamente la funcionaria a cargo había dado marcha atrás.

“Es un derecho adquirido a fines del año pasado, a raíz de nuestras horas extra y del trabajo crítico que desarrollamos. Pero, desde principios de este año, empezaron los dimes y diretes sobre la implementación de estos diez días, cuando muchos ya los habían pedido o incluso se los habían tomado”, explicó a 24CON Sebastián, uno de los profesionales afectados.

Así, la subsecretaria de Política Integral de Promoción y Protección de Derechos de la Infancia y la Adolescencia, Ruth Kochen, convocó a tres representantes del equipo por el problema y, cuando les comunicó que no iba a cumplir con el beneficio prometido, uno de los trabajadores la cuestionó y tuvieron una fuerte discusión. “Ella lo tomó como una injuria y lo despidió”, relata su compañero.

El grupo llevó el reclamo a la secretaria de Desarrollo Social del distrito, Valeria Isla. Pero, lejos de encontrar apoyo y soluciones, todo empeoró. “Le solicitamos la reincorporación y ella nos dijo que no había vuelta atrás en nada, y que, al que no le gustara o tuviera algo que cuestionarle, podía agarrar sus cosas e irse”, asegura Sebastián.

Una semana después de esta reunión, “nos convocó a siete y nos dijo que, a partir del día siguiente, pasábamos a trabajar en otra área durante un mes, hasta conseguir otro trabajo, y que el 15 de agosto cesaban nuestro contrato”, sostiene el profesional.

Y agrega que “ni bien despidieron al primer compañero, solicitamos una reunión con el intendente Francisco ‘Barba’ Gutiérrez, pero ahora la situación se agravó y todavía no obtuvimos respuesta”. El próximo viernes, durante el paro, realizarán también una radio abierta frente a la Secretaría de Desarrollo Social, para exigir la reincorporación de los ocho afectados y el cumplimiento del acuerdo sobre las vacaciones.

Chicos en riesgo

El equipo se desempeña en el Centro de Formación, Participación y Promoción de los Derechos de la Infancia y la Adolescencia, que actualmente brinda contención a 3100 familias con más de 10 mil niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad. “Hay casos de violencia, abuso, problemáticas de documentación o de escolaridad”, señala Sebastián.

En este sentido, advierte que con los despidos no sólo se están violando los derechos de los trabajadores, sino también los de estos chicos que tienen a su cargo, porque la medida “pone en peligro la continuidad de nuestra labor”.

De hecho, la secretaria Isla declaró en diversos medios locales que la decisión no había tenido nada que ver con el conflicto por las vacaciones, sino que se trataba de una “reestructuración del área”. Según argumentó, al grupo se lo había sometido a una “evaluación de desempeño” que resultó negativa y que, por eso, “se resolvió dar la oportunidad que busquen otra alternativa, ya que no cumplen los parámetros que se requieren”.

“Eso es una injuria contra nosotros y nos perjudica como profesionales. En el tiempo que llevamos trabajando, nunca se cuestionó nuestro desempeño y sólo recibimos felicitaciones del Estado municipal y de las organizaciones sociales”, aclaró Sebastián, al tiempo que recordó que “veinte días antes del conflicto, nos habían renovado el contrato”.   

Además, la mayoría de los integrantes del equipo llevan desarrollando su labor hace dos años y siguen teniendo “un contrato mensualizado, no efectivo, que se renueva cada seis meses, como sucede con el 70 por ciento de los trabajadores de Quilmes”.

A raíz de la “reestructuración” que realizaron las funcionarias de Desarrollo Social en el área de Infancia, “pasamos de tres grupos de trabajo a ocho, con lo que cada uno va a tener más casos y se va a precarizar la atención”, advierte Sebastián. En tanto, hay familias que van tener que cambiar de profesional, lo cual termina perjudicando los avances que fueron consiguiendo con ellos.

Mientras el reclamo continúa, muchos integrantes del Centro temen hablar públicamente, por miedo a que Isla tome represalias y, de un día para el otro, el número de despedidos siga aumentando.

 

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