La teoría de por qué el hombre no llegó a la Luna

Se abrió la pequeña escotilla en silencio. Apenas las respiraciones dentro del traje rompían la calma sonora de la superficie lunar. Un escalón, dos, unos pocos más y como si se tratara de una huella digital, Neil Armstrong dejó impresa en la superficie del satélite la huella de su bota. La frase que pronunció se escucho alrededor del mundo, en los millones de televisores blanco y negro que transmitían casi en directo la llegada del hombre a la luna. “Un pequeño paso para un hombre, un gran paso para la humanidad”.

El suceso científico unió a la humanidad que se transformó en espectadora de la primera caminata lunar. La unión de casi todo el globo bajo un mismo hecho y la disminución de delitos durante la transmisión del alunizaje transformaron el 20 de julio en el Día del Amigo. Una forma más de recordar la hazaña.

Pero a más de 40 años de aquellos primeros pasos no todos creen que efectivamente el hombre haya llegado a la luna. “Un pequeño paso para el hombre, una gran fraude para la humanidad”, resume el ufólogo Luis Burgos, presidente de la Federación Argentina de Ovnilogía, quien desde la década del 70 se dedica a descifrar el fenómeno ovni.

“ No sé si soy el primer argentino en negar la llegada a la Luna, pero si estoy entre los primeros. Cuando había congresos en la década del ochenta y se hablaba de ovnis, siempre surgía la pregunta sobre ovnis en la luna. Ahí mismo expliqué mis argumentos sobre la no llegada a la luna’ de 1969”, apuntó.

Las investigaciones realizadas por Burgos se resumen en un dosier llamado Héroes de Papel en el que detalla los errores de los registros y documentos presentados por la agencia espacial norteamericana NASA que afirman la caminata de Armstrong y su compañero Aldrin.

“Hoy cualquier fotógrafo puede poner en duda las imágenes de la luna. Hay una burda escena montada. No pensaron en el 69 que 40 años después iba a avanzar tanto la tecnología como para poder descubrir el engaño. Los errores fotográficos son absurdos, son prácticamente infantiles”. Sin Photoshop ni sofisticados sistemas para trucar fotos, el ufólogo sostiene que los norteamericanos debieron montar todo un estudio de televisión donde recrear el alunizaje. Los astronautas no habrían viajado casi medio millón de kilómetros, sino sólo 150 hacia un punto indeterminado del desierto de Nevada o de Arizona. El fin de la farsa fue ganarle en la carrera espacial al bloque soviético que hasta ese momento iba siempre un paso delante de los esfuerzos norteamericanos.

Imagen del modulo lunar en el que se ven las patas limpias y ningún rastro de crater o desprendimientos a raíz del motor cohete

“A los científicos les rondaba el fantasma de Kennedy por arriba de sus cabezas. Kennedy había dicho en el 61 que antes de que finalice la década que el hombre, Norteamérica, iba a poner un pie en la luna. Es que durante la década del 60 recibieron cachetazo tras cachetazo por parte de los rusos que siempre les ganaban por meses o días: el primer satélite en el espacio, el primer animal, el primer hombre. Los soviéticos les ganaban en todo y la sociedad americana no lo soportaba. Entonces, cinco meses antes de que finalice la década, que casualidad, llegaron a la luna”, apuntó el ovniólogo.

Es especialista sostiene igualmente que el gobierno norteamericano habría llegado a un acuerdo con el soviético ya que automáticamente tras la misión Apollo 11 los rusos dejaron la carrera y abandonaron su presencia en el espacio.


La mentira cinematográfica

“Siempre bromeamos cuando hablamos de esto. ¿Qué habrá pasado con los tipos que armaron el set? Los técnicos, camarógrafos, iluminadores, fotógrafos. ¿Qué habrán hecho con ellos? Pobres los técnicos encargados de armar todo el escenario…”.
Burgos destacó algunos detalles, los más notorios, que darían cuenta del fraude y que hasta el momento no pudieron ser explicados de manera fehaciente por los científicos estadounidenses.

Polvo, física y fotos: “Una de las imágenes que recorrió el mundo es la más convincente. El Apollo desciende y se muestra la gran polvareda provocada por las toberas de la nave. Cuando aparecen las fotografías, entre las 4 patas y debajo de la tobera no hay nada, no hay ni un centímetro de socavamiento. Tenia que provocar un pequeño cráter y no hay nada. Las patas del módulo lunar están con un brillo espantoso, sin polvillo”.

Temperatura, radiación y trajes presurizados: “En la luna, la variación de temperatura entre el día y la noche son de 120 grados positivos o negativos. En el día con la radiación solar estas expuesto a 110 grados y a 110 bajo cero de noche. Además la radiación solar que llega a la superfice sin filtro porque la Luna no tiene atmosfera. Las cámaras expuestas a esa radiación funcionaron igual. Es absurdo haber expuesto a esta gente a la temperatura y a la radiación sin ningún tipo de protección. Además las cámaras estaban colocadas en el pecho de los astronautas y se accionan desde el pecho. Debieron estar saltando o subidos a algo para sacar las fotos porque en muchas se llega a ver hasta la parte superior del casco del otro astronauta, del fotografiado. Se les ve la parte de arriba del casco, es infantil. Las sombras son absolutas, pero la bandera está siempre iluminada”.

Equipos y silencio de radio: “Según ellos dejaron la bandera y los equipos, hoy por hoy, con el telescopio Hubble, que está fotografiando los confines del universo, nos podrían mostrar hasta la pisada, la bandera y no muestran nada. Hoy por hoy si hubieran anunciado la llegada a la Luna, no iban a ir con esa lata de sardinas llamada Apollo, ni siquiera los equipos de comunicación cabían. No existía la nanotecnología. Tendrían que haber llevado los famosos módems que en al época tenían el tamaño de una cocina”.

Transcurrieron 43 años desde la transmisión de la llegada (o no llegada) del hombre a la Luna. El mundo cambió y la sociedad es otra. Sin embargo, nunca más se pensó en volver a visitar al único satélite natural de la tierra. Apenas 6 misiones consecutivas bastaron para satisfacer la curiosidad de los científicos y desde 1972 no se volvieron a diseñar misiones para poner un ser humano tan lejos. “Hay ideas para volver en 2030, pero recién ahora surgieron problemas con los trajes, con la radiación. Son problemas insalvables, pero que nos vendieron como solucionados hace 40 años”, señaló Burgos, y finalizó “era el años 1969, mas allá de la Guerra Fría que sostenían. El anuncio sucumbió al mundo. Lo anunciaron en plena Guerra de Vietnam, una guerra que perdieron y que ni siquiera hoy lograron digerir. Evidentemente el anunció de la llegada tenía sus fines y caló hondo en esa época, pero hoy, ni ellos mismos lo creen”.

20 de julio de 2012

 

 

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