Wimbledon

Hija de ex combatiente brilla en el césped inglés

Nació en Italia, donde su padre emigró para continuar sus estudios. "Tuve mucha suerte de volver enter", dijo el hombre sobre Malvinas.

Por Redacción 24CON

 

En pleno centro de Inglaterra hay un argentino que combatió en Malvinas y que sigue haciendo historia. Quizá ahora es más conocido por su representada que por su heroicidad en el campo de batalla, pero es un veterano al fin. Se trata de Sergio Giorgi, un platense de 48 años padre de la tenista italiana Camila Giorgi, quien ayer dio la nota al ganarle a la 17º del mundo en el torneo de Wimbledon.

Camila asestó un 6-4 y 6-3 y concentró la atención del público y los medios. La joven nació el 31 de diciembre de 1991 en Macerata, donde su padre emigró para continuar con sus estudios de medicina. “Vamos de vacaciones, no va a pasar nada, decía yo. Pero la realidad es que tuve mucha suerte de volver entero. Vi morir compañeros. Evité mirar sus cuerpos. Al menos cuatro veces estuve muy cerca de… tuve mucha suerte”, le contó Sergio al periodista Juan Ignacio Ceballos de ESPN a fines del año pasado.


Sergio tenía 19 años –uno menos que su hija hoy- cuando le llegó la notificación: debía, pese a haber terminado el servicio militar, unirse a los soldados que viajarían a las Islas. Cuando la guerra terminó, quiso ser médico y en 1987 se mudó a Roma incentivado por una beca universitaria.

Cuando Camila llegó al mundo Sergio y Claudia, también argentina, ya habían tenido a llegaron Leandro y a Amadeus. “Yo no tenía idea del tenis cuando mis hijos mayores comenzaron a jugar. Camila hacía gimnasia artística, e inclusive a los 5 años la llamaron de la selección nacional italiana. Pero ella quería jugar al tenis, como sus hermanos. Entonces yo comencé a enseñarle”, dijo el ex combatiente en la misma entrevista.

Si hay algo que siempre tuvo en claro Sergio fue su afán de no convertir a su hija en una mera mercancía del negocio del tenis. Metódicamente, se ha encargado de negarle la representación de la pequeña a muchas agencias que fueron tras sus pasos porque hay ciertas exigencias que nunca quiso ceder: el interés de que se entrenara en determinada academia o la obligación de entregar el dinero ganado a cambio de apoyo.

 


Así, Camila y su padre pasaron sin éxito por Milan, donde la Federación Italiana quiso que se mudara a Estados Unidos. Luego buscaron forjar la carrera de la pequeña en España y Francia, donde trabajó con ex entrenadores de importantes tenistas, pero tampoco les fue bien: Sergio contó que todos buscaron hacerla jugar juniors y cerrar un contrato con algún agente. Incluso en 2010 viajaron a Argentina, donde se reunió con Raúl Pérez Roldán, a quien tildó de “tránsfuga” y con Tito Vázquez, porque Sergio quería que Camila represente a la Argentina en la Fed Cup. “Pero todo quedó en la nada”.

El gran 2011 de Camila, más su primer victoria en un Grand Slam –derrotó a Flavia Pennetta, preclasificada número 16, y se convirtió en una de las sorpresas del torneo- podrían abrirle puertas que hasta ahora estuvieron selladas. El año pasado cosechó su primer título ITF en Carson, este año se consagró en Doha y se encuentra en el puesto número 145 del ranking mundial.

 


28 de junio de 2012

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