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Moreno: el temporal le voló el techo y los chicos se turnan para usar las aulas

A dos meses de los tornados que azotaron al Conurbano, los problemas continúan.

Arriba el cielo, abajo los pupitres. La escuela de Educación Media 11 “Abuelas y Madres de Plaza de Mayo” de Francisco Álvarez no resistió el embate del viento y la lluvia del temporal y los tornados de Semana Santa. Como resultado común a todo el Conurbano, se cayeron los árboles y las chapas del techo volaron hasta quedar colgadas de algún cable.

Todo el primer piso del colegio quedó al descubierto y cuatro aulas se volvieron inutilizables. Los chicos que ahí cursaban debieron acomodarse a un cronograma de emergencia que los lleva a rotar entre las aulas que quedaron más sanas. El colegio fue visitado por el Intendente de Moreno, Mariano West, pero los arreglos comenzaron, con fondos provinciales, dos meses después y podrían llegar a estar terminados recién para después de las vacaciones de invierno. “La promesa política habló de 60 días, pero hubo trabas burocráticas, tramites y demoró”, explicó a 24CON el director del instituto, Claudio Bajicoff.

“Arreglamos algunas aulas y quedaron cuatro inutilizables. Los chicos rotan en otras siete aulas, pero son 650 alumnos, no alcanza por lo que optamos por que se vayan intercalando semana con semana los estudiantes de los últimos años”, apuntó el director.

Algunas escuelas, como sucedió en Ituzaingó y algunos sectores de Morón, tomaron la decisión de mudar a sus alumnos provisoriamente a otras instituciones, pero esta no fue una opción posible en Francisco Alvarez: “no hay escuelas cercanas. Además en el nivel secundario hay horas de alternancia con hasta tres profesores. ¿Cómo hacen para dar una clase acá y dar otra en otra escuela más de diez cuadras? Ni hablar de los cuidados, baños, higiene. No siempre están los espacios ni los recursos humanos para estar con los chicos. Sería una desorganización”.

Los chicos entonces, cursan las clases durante toda una semana y la semana siguiente viven unas virtuales vacaciones. Se trata de un régimen semi presencial en donde los profesores se afanan por darle todos los contenidos en poco tiempo y tareas que puedan completar en quince días.  “Es una población adolescente. El tiempo que no vienen pueden hacer otras cosas, lo ocupan trabajando, por ejemplo, y eso atenta contra la escuela, porque pueden desertar. O es tiempo ocioso, en la que quedan librados a la su propia disciplina. Preocupa realmente”.

Uno de los cursos de la escuela, por contar con pocos chicos, apenas más de 15, pudo ubicarse en la biblioteca y continuar con la cursada. “De las aulas de arriba quedaron solo hierros retorcidos”, explicó a este medio Teresa, la bibliotecaria de la Institución, quien comparte su lugar de trabajo con los alumnos reubicados. “Quinto cursa en la biblioteca y sexto de la mañana. Los demás rotan entre las aulas. Cuando vino West en mayo prometió darnos una mano rápida. Pero las obras empezarn hace poco”, señaló la empleada. Los trabajos de reconstrucción están a cargo de la Provincia de Buenos Aires, por estar la escuela bajo la esfera provincial. El municipio se encargó del parque de la institución, de los árboles caídos y las ramas.

La escuela cuenta con sala maternal, sala de informática y una matrícula de más de 600 alumnos. No obstante, recién en algunos meses el colegio volverá a la normalidad, mientras tanto los alumnos siguen rotando y reduciendo a la mitad sus horas de cursada.

13 de junio de 2012

 

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