El frío pudo derribar al avión desaparecido

La noche del miércoles no era la mejor para realizar un vuelo sobre el Río de La Plata. Si bien el recorrido era corto, entre el Aeropuerto Internacional de Carrasco, cerca de Montevideo, y el Aeropuerto de Ezeiza, en el corazón del Conurbano, el clima se presentaba como un adversario difícil.

En el día más frio del año en la región, el cielo presentaba temperaturas aún más bajas. A las 19.45 un Fairchild Metro, un avión biturbohélice operado por la aerolínea Air Class para llevar carga de una orilla a la otra, despegó sin ninguna novedad, pero a los tres minutos de alejarse de la pista, desapareció de las pantallas de radar de los controles aéreos de los dos países. El piloto no contestó ningún llamado de radio, y no hubo respuesta por parte de los sistemas de la nave. El avión fue declarado como extraviado.
Desde entonces se montó un operativo de búsqueda organizado por la Fuerza Aérea Uruguaya (Ver: Desapareció un avión que volaba de Uruguay a Ezeiza) pero aún no se encontraron rastros del avión.

El último contacto con el avión se mantuvo cuando estaba a 3000 metros de altura sobre la Isla de Flores, al este de Montevideo.  No hubo ningún medido de auxilio ni se encendió la radio baliza del avión, por lo que descubrir qué pasó es una tarea aún difícil.

Las principales hipótesis señalan al hielo como autor de un problema durante el vuelo. Se denomina engelamiento a la acumulación de hielo en zonas sensibles del avión, como ser los bordes de ataque de las alas, las hélices, las entradas de aire de las turbinas y las partes móviles y de control, como así también tubos pitos y otros elementos encargados de darle información al piloto sobre altura, velocidad, etc.

Según publicó el portal uruguayo Subrayado, la Fuerza Aérea Uruguaya reconoció que el clima no era el mejor para volar, aun cuando estaba el aeropuerto operativo. “Las condiciones climáticas no eran buenas pero el aeropuerto estaba en condiciones de vuelo”, apuntó el vocero de la FAU Álvaro Loureiro y continuó, “las condiciones meteorológicas de estos días son propicias para el engelamiento, pero los aviones tienen sistemas para quitar el hielo que se forma”.

Los aviones del tipo del Fairchild Metro cuentan con sistemas variados para descongelar las zonas críticas. El hielo, acumulado sobre las alas y otras partes de la nave, modifica el perfil y las performances prestadas por las formas del avión provocando que pierda velocidad, sustentación o hasta que se vuelva incontrolable. Los principales sistemas se basan en calentar las zonas afectadas o cambiar la forma inflándolas. En los bordes del ala, por ejemplo, algunas de las fábricas productoras utilizan aire caliente residual del motor para mantener el borde de ataque y los planos móviles con una temperatura que impide el hielo o al menos lo dificulta. Otro sistema se vale de “botas de goma” que se inflan para resquebrajar el hielo y permitir que se libere del ala o los componentes del avión. Otros componentes más sensibles, como los tubos pitots o sensores, se calientan por medio de resistencias eléctricas 1.

No obstante, hasta que no aparezca el avión y sus tripulantes no se puede confirmar ni descartar ninguna hipótesis, el mismo vocero confirmó que no existen indicios para demostrar que se haya estrellado ni tampoco que afirmen que lograron aterrizar en algún lugar desde donde no pudieron comunicarse.

El avión desaparecido es un Fairchild Metro III utilizado para el transporte de carga, principalmente contratado por la empresa DHL, en el que viajaban dos tripulantes, el piloto Walter Rigo, de 63 años de edad, y el copiloto Martín Rivas, de 34 años.

El comandante Rigo es un piloto retirado de la Fuerza Aérea, que cuenta con 16.000 horas de vuelo, y que desde hace unos años comenzó a trabajar en el ámbito privado, tanto en el país como en el exterior. Rivas tiene menos experiencia pero alcanza 500 horas de vuelo. 


1: Asesoró el Técnico Aeronáutico Federico Grieve

 

7 de junio de 2012

 

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