El COI rechazó homenaje a las víctimas de Munich 72

Nuevamente, el ente regulador de los Juegos Olímpicos se negó a recordar a los 11 israelíes asesinados por el grupo terrorista en "Septiembre Negro".

Los Juegos Olímpicos de Munich 72 serán recordados por siempre. No sólo por el soberbio desempeño de Mark Spitz, quien se colgó 7 medallas doradas en natación (record olímpico hasta Beijing 2008), sino por el acto terrorista más cruel durante una competencia deportiva.

Uno de los miembros de "Septiembre negro" en la Villa Olímpica.
Durante la madrugada del 5 de septiembre, en el noveno día de actividad, un grupo de activistas palestinos ingresó en el edificio de la Villa Olímpica donde se alojaba el equipo nacional de Israel y tomó como rehenes a 9 deportistas, luego de asesinar a otros dos. Su objetivo era pedir la liberación de 234 compatriotas presos en cárceles israelíes y su traslado a Egipto.

Ante la negativa del gobierno de Golda Meir, los terroristas amenazaban con asesinar a un deportista cada dos horas si no se cumplían sus demandas. Tras largas horas de negociación, las fuerzas de seguridad alemanas llegaron a un acuerdo y con dos helicópteros, los llevaron hacia la base aérea de Fürstenfeldbruck, donde los esperaba una emboscada con francotiradores.

Una vez aterrizados, se apagaron las luces y la balacera dio inicio. Una granada hizo explotar uno de los helicópteros con cuatro rehenes dentro, y otros cinco fueron ametrallados por uno de los extremistas palestinos.

“Difíciles y terribles sucesos”, fueron las únicas palabras utilizadas por el presidente del Comité Olímpico Internacional por aquellos años, el estadounidense Avery Brundage, para recordar las muertes de los atletas israelíes.

A 40 años de aquellos sucesos, el COI vuelve a negar un homenaje a los fallecidos. El viceministro del Exterior de Israel, Danny Ayalon, le pidió a titular del Comité, Jacques Rogge, realizar un minuto de silencio durante la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos Londres 2012, lo cual no ha sido aceptado.

"Tenga usted la seguridad de que en el seno de la familia olímpica no morirá jamás el recuerdo de las víctimas de la horrible matanza de 1972", escribió Rogge, mientras que Ayalón calificó de “inaceptable” la respuesta al escrito del francés.

El funcionario israelí tampoco tuvo el apoyo de su compatriota, Alex Gilady, miembro del Comité Olímpico Internacional: "En mi calidad de miembro del COI me pregunto por qué ahora un minuto de silencio", dijo y agregó "el momento adecuado para ese minuto de silencio fue en 1976. Esto es una obsesión. La comprendo, pero no puedo respaldarla, pues podría poner en peligro la unidad olímpica".
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