Con profundo dolor y en silencio, la familia de Lucas Menghini Rey dejó Once

Lo buscaron desesperadamente luego del accidente, pero apareció atrapado y sin vida entre los vagones tres y cuatro. El maqunista quedó en libertad.

 

El cuerpo de Lucas Menghini Rey, de 20 años, apareció sin vida entre el tercer y cuarto vagón del tren 3772, en una zona de hierros donde había quedado incrustado un vagón sobre otro. Su padre, Paolo, fue atendido por psicólogos en la dependencia policial de la estación Once, luego de reconocer el cuerpo.

 

La noticia desató la furia de los pasajeros que circulaban por el andén, que comenzaron a insultar y a gritar "asesinos" y "¿no pudieron caminar el tren para encontrarlo?".

 

Fuentes judiciales aclararon que el cuerpo se encontraba en el cuarto vagón, en un habitáculo pequeño con forma de cabina, especialmente diseñado para el motorman en caso de que esa unidad sea utilizada como locomotora.

 

Lucas tomó el tren de la tragedia en la estación San Antonio de Padua. Así lo habían confirmado las cámaras de seguridad, cuyos videos fueron vistos por los padres del joven en un reconocimiento que se realizó en Once. En las imágenes, se lo veía ingresando por la ventana a la mencionada cabina, lo que motivó a revisar nuevamente esa parte del vagón.

 

Más tarde, el cuerpo de Lucas fue llevado a la Morgue del Poder Judicial, donde se le realizó una autopsia y se confirmó oficialmente su identidad. 

   

El joven era la única persona que faltaba hallar luego del accidente. Este mediodía, el subsecretario de Derechos Humanos porteño, Claudio Avruj, informó que otras dos personas que estaban desaparecidas fueron encontradas en buen estado de salud.

 

Javier Almaraz, de 41 años, había tomado el tren 3772, pero se retiró por sus propios medios de la estación, sin heridas de gravedad. Su familia tuvo inconvenientes para ubicarlo porque había perdido su celular y tampoco buscó otros medios alternativos para avisar que se encontraba en buen estado. Además, en su domicilio no tiene teléfono de línea.

 

Tras el choque, Almaraz fue a trabajar como lo hacía habitualmente y, tras la jornada laboral, regresó a su casa, donde finalmente pudo ser contactado por las autoridades.

 

En tanto, Fernando Javier Sánchez, de 32 años, también se fue por sus propios medios del andén, pero decidió pedir asistencia en una clínica privada, donde se encontraba internado, estable, sin heridas de gravedad.

 

La búsqueda

 

Lucas Menghini Rey, el joven de 20 años de San Antonio de Padua, era “flaquito, de tez blanca, 1.67 metros, con rulos y sin tatuajes ni piercings”, según describió su hermana, Lara. Además, tenía una hijita de 4 años.

 

Todos los días, Lucas se tomaba el Sarmiento en la estación de Padua y viajaba hasta Once para ir a trabajar. El día del accidente, el joven llevaba un pantalón negro, remera verde agua y zapatillas celestes.

“Lo único que quiero es encontrar a mi hermano, no me importa nada más”, había dicho su hermana durante las horas de incertidumbre.

Sus familiares y amigos habían armado una campaña a través de las redes sociales para buscar al joven y repartieron volantes con su foto, pegaron afiches en autos particulares, colectivos, taxis, kioscos y en restaurantes, que tuvieron la gentileza de colaborar. Lamentablemente, el desenlace estuvo lejos de ser el esperado.

 

El maquinista, en libertad

 

El fiscal Federico Delgado, a cargo de la investigación de la tragedia ferroviaria de Once, le denegó esta noche la excarcelación al conductor de la formación del Sarmiento accidentada, tras tomarle declaración indagatoria.

 

Sin embargo, minutos más tarde, el juez federal Claudio Bonadío, le otorgó la libertad a Marco Antonio Córdoba, quien estaba internado en la clínica Fitz Roy, al rechazar los argumentos del fiscal.

 

24 de febrero de 2012 

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