Se salvó del choque porque no le sonó el despertador
Alex Mendoza, que juega en Barracas Central, se durmió y no subió al micro accidentado en Luján
Por casualidad o simplemente porque el destino lo quiso, Axel Mendoza, de 14 años, se salvó de una muerte casi segura, según publica el diario Crónica. El juvenil del club Barracas Central tenía como mejores amigos a dos de las víctimas fatales del accidente trágico y con ellos compartía habitualmente los asientos del fondo en el micro escolar que los trasladaba cuando debían jugar en condición de visitante.
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Sin embargo, en esta oportunidad, Axel no viajó junto a sus compañeros sino que lo alcanzó su padre al lugar dado que, afortunadamente, se había quedado dormido y no pudo llegar al horario pautado de partida hacía Jauregui.
Con el rostro visiblemente shockeado, Axel Mendoza, que se desempeña en la octava división de Barracas Central, recordó a sus amigos, a quienes lamentablemente no volverá a ver ni tampoco podrá compartir con ellos más tardes de fútbol.
“Todavía no puedo creerlo, eran buenísimas personas y no se merecían esto que pasó. Nico (Figueroa) y Gabriel (Romero) eran mis mejores amigos y siempre viajaban juntos en los últimos lugares del colectivo. Además, con ellos compartí el sueño de llegar a primera división y por eso juntos nos esforzábamos mucho para eso. Figueroa era el primero en llegar y el ultimo en irse de los entrenamientos y también de los partidos, porque era un excelente compañero y se quedaba alentando a todas las divisiones. Eran muy queridos por todos”, señaló.
Luego, el joven comentó las razones por las que, milagrosamente, no subió al ómnibus que condujo a la muerte a tres de sus compañeros al asegurar: “Me quedé dormido. La noche anterior me sentía mal y no sabía si iba a jugar, de todas formas puse la alarma del reloj, que finalmente no sonó. No me pregunten por qué. Lo cierto es que me desperté por mi cuenta y le pedí a mi papá que me lleve hasta Flandria porque ya era tarde y por mensajes de textos un compañero me iba guiando. Íbamos unos kilómetros por detrás del micro cuando me avisan del accidente, fue terrible encontrarme con eso”, reflexionó entre lágrimas el angustiado joven.
04 de septiembre de 2011
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