Temor en Morón por una ley que dejaría libre a Garri, un peligroso menor

Asesinó a un joven, fue detenido y cuando lo liberaron intentó matar nuevamente. Ahora podría esperar su juicio en la calle.

Gerardo del Valle tenía 18 años cuando fue asesinado de un balazo en la cabeza, al sufrir el robo de sus zapatillas y un teléfono celular, en un sangriento hecho perpetrado en Morón en 2009. Por el caso, fue detenido como presunto autor del brutal homicidio un adolescente de 16 años, apodado Garri. Por la ley penal juvenil que rige en territorio bonaerense, el joven recuperó la libertad al año de su captura, ya que no podía seguir preso sin condena.

Tres meses después, en otro hecho ocurrido en agosto de 2010, el mismo joven fue acusado de atacar a navajazos a un hombre, a quien dejó en terapia intensiva. Cuando fueron a detenerlo, tenía en su casa dos armas de guerra. Ahora, se anunció que el juicio por el crimen se realizará recién en diciembre, y desde la familia de la víctima se alertó que en agosto próximo el acusado será liberado nuevamente. “No podemos hacer nada. La Ley de Responsabilidad Juvenil de la provincia de Buenos Aires obliga a liberar a jóvenes que hayan cometido delitos entre los 16 y los 18 años pasado un año sin condena. Es decir, si el juicio no se hace en 360 días, quedan en libertad automáticamente. Y nosotros no podemos hacer absolutamente nada para evitarlo. Con Garri ya pasó una vez, y volvió a intentar matar. Es una persona muy peligrosa. En agosto volverán a cometer el mismo error”, dijo al diario Popular el abogado Leonardo Rombolá, quien asiste a los familiares del asesinado Del Valle.

 La muerte de Gerardo ocurrió el 31 de mayo de 2009, cuando el adolescente salió de un cumpleaños, donde Garri y otros tres jóvenes ingresaron sin permiso, provocando una tensa situación en el festejo, dado que exhibieron armas de fuego. La víctima abandonó el lugar junto a su novia. La banda los siguió, y protagonizó una emboscada, que terminó con el asesinato de Gerardo, al recibir un fatal impacto de bala en el cráneo. “A mi hijo lo ejecutó casi por diversión, con desidia”, sostuvo Inés, mamá de Gerardo. “Tiene que haber justicia. Pero la realidad es que en agosto estará libre de nuevo, hasta diciembre que se hace el juicio. Ya lo liberaron el año pasado, y en tres meses volvió a tomar las armas, salió a robar, y de milagro no mató a otra persona. Dejó a una persona en terapia intensiva, con graves heridas y secuelas psicológicas. Pero la ley le abrirá las puertas, para que espere el juicio afuera. En ese tiempo, puede pasar cualquier cosa, porque tanto él como su banda tienen fichados a los testigos”, dijo la mujer.

El abogado Rombolá, a pesar del límite de hierro que impone la ley para jóvenes, realizó un intento desesperado para que, al menos, Garri no sea liberado antes del debate, donde un tribunal resolverá si es culpable o inocente. “Presenté un recurso declarando inconstitucional el tope de 360 días. Pero lo rechazaron. Es un tema de sentido común, nada más. Este chico es muy peligroso, su familia tienen serios antecedentes delictivos, sus amigos también. Vuelve a su entorno y no tiene posibilidad de mejorar. Ya pasó el año anterior cuando lo liberaron, y pasará ahora. Para colmo, su panorama en el juicio es más que complicado, con grandes chances de resultar condenado a perpetua, así que su libertad en agosto es como una invitación a fugarse o hacer locuras”, dijo el letrado.

Alicia Angiono, de la ONG Madres y Familiares de Víctimas (MAFAVI), explicó que “la ley que impone 360 días de tope a la prisión preventiva sin juicio para los menores tiene un espíritu positivo, porque en teoría obligaría a la justicia a realizar la instrucción de los casos con celeridad para que los juicios se hagan antes de cumplido el año del delito, sin embargo eso no ocurre, entonces los familiares tenemos que sufrir liberaciones traumáticas, como en este caso, donde toda la familia y amigos de Gerardo están en riesgo”. “Es una pesadilla interminable”, dijo Inés. “¿Qué están esperando? Todos me piden calma, pero parece que tengo que agarrar un arma, esperar que este asesino salga y matarlo por mi cuenta, porque a nadie le importa lo que pueda pasar. ¿Quién me asegura que Garri, cuando salga, no se fugará o buscará silenciar a los testigos? Ya sus amigos se la pasan amenazando, apretando y agrediendo a todos. Puede ser una masacre, y estamos con las manos atadas”, finalizó.

3 de julio de 2011
Fuente: Diario Popular
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