Restauran un bombardero de la Segunda Guerra para que vuele en el Conurbano 

Estuvo abandonado durante 40 años, lo trajeron a General Rodríguez y de a poco lo recuperaron.

Un grupo de fanáticos, liderados por el piloto de acrobacia Gustavo Passano, restauraran un bombardero norteamericano de la segunda guerra mundial B-25 en el aeródromo de General Rodríguez.

Hace tan solo 40 años que sus alas sintieron por última vez las caricias del aire fino de las capas altas del cielo. Desde 1972 no escucha el rugir de sus motores y se ve únicamente rodeado por el silencio de Santiago del Estero. Sin embargo, el pesado bombardero B-25 podrá volver a volar de la mano de Gustavo Passano y un grupo de apasionados de la aviación a quienes los une el mismo sueño.

Nacido en los polos industriales norteamericanos que durante la Segunda Guerra Mundial se dedicaron a fabricar armas, tanques y aviones, el bombardero es un North American B-25J Mitchel que en época de guerra supo portar hasta 18 ametralladores de defensa y gracias al poder de sus dos motores radiales transportaba casi tres toneladas de bombas. Tras la guerra se utilizaron, ya civilizados, para transporte de carga.

El proyecto de devolver a la vida al B-25 comenzó no hace mucho, pero era una idea que llevaba varios meses dando vueltas en la cabeza del piloto de acrobacias. Passano contó a 24CON como nació esta empresa: “Acá, en el país, cualquier avión que no vuela se lo abandona o se lo pone en una plaza. Al haber visitado montón de shows como piloto, en otros países, vi que se creaban grupos de gente para poder restaurar y mantener en vuelo estos aviones antiguos. En base a eso me decidí por tratar de buscar algo para restaurar, tratando de recuperar un avión de estos”.

El B-25 que adquirió Passano tiene un origen “non santo” según él explicó. Este tipo de aeronaves no fue utilizado por la Fuerza Aérea Argentina, aunque si por las fuerzas de países limítrofes. Pero este ejemplar en particular fue atrapado a principios de la década del 70 mientras era utilizado para el contrabando de whisky y tabaco desde Paraguay bajo la matricula argentina LV-GXH. Tras algunos años de vuelos bajo el control de la provincia de Santiago del Estero, sufrió problemas en sus motores y quedó, a la espera de un presupuesto para su arreglo, estacionado a un costado del aeropuerto de la capital provincial. Nunca más se movió.

El avión, a simple vista, parece destruido. Si bien se mantiene aun sobre sus ruedas, se nota el deterioro de tantos años a la intemperie y el accionar de los curiosos que se llevaron suvenires de su estructura, comandos e instrumental. “La recorrida va a ser total, de punta a punta, no hay parte que no se tenga que desarmar, hay que desarmarlo completo, si no está en condiciones se va a cambiar hasta el ultimo tornillo” explicó el piloto.

Gustavo Passano vive en Merlo, en el oeste del Conurbano. Desde hace 15 años es piloto y durante los últimos tres deleitó al publico con acrobacias desde su Zlim Z50L, un pequeño y potente avión monoplaza diseñado exclusivamente para “piruetas”. Sin embargo, Gustavo vendió su avión mimado para conseguir los fondos suficientes para comprar el B-25 y solventar los fletes y las primeras etapas de la reconstrucción. No es un sueño aislado, toda su familia lo acompaña y día a día se suman fanáticos a la tarea de restaurar el Mitchel: “Arranqué muy tibiamente, sin pensar que iba a tener tanto eco. Me han llamado de todas partes, desde España se pusieron en contacto para darnos una pieza del avión, mucha gente con ganas de participar en distintas cosas, investigación, reparación… En un primer momento arrancamos la familia, pero se sumó gente. Ahora somos más de 40 personas, estamos en una etapa organizativa. El avión no está completo en Buenos Aires (se lo está trayendo desde Santiago del Estero por partes y en camión) por lo que todavía no se pueden distribuir actividades pero estamos averiguando de piezas que hay en Paraguay, en Bolivia, en Chile y en otros países que operaron B-25 en sus fuerzas aéreas”.

Gustavo Passano en la cabina de su Zlin Z50L
Las primeras secciones del avión, la cola y parte del fuselaje, se encuentran en el aeródromo Ildefonso Durana de General Rodríguez, sede de la EAA Argentina (Experimental Aircraft Asociatión), donde se está construyendo un nuevo hangar de casi 800 metros cuadrados para albergar al avión y al taller de restauración. No obstante, su adquisición y traslado hasta el Conurbano no fue fácil. “Estaba todo arreglado para que terminara en una plaza en Termas de Rio Hondo, sin pena ni  gloria. Llevó mucho tiempo de burocracia. El avión a restaurar lo busqué mucho por todo el país, muchos otros tenían problemas de papeles. Este fue un proceso muy largo: que se decidiera el gobierno de Santiago a venderlo, que sacaran la ley para venderlo, que les gustara el precio…” rememora Passano a 24CON.

Si bien el avión fue civilizado en la década del 60, cuando fue vendido por las fuerzas norteamericanas a un particular argentino, la idea de los restauradores es llevarlo lo más cercano posible al estándar que tenía durante la guerra. Se simularán las armas que portaba y se lo identificará como si estuviera aun en combate, aunque portará una matrícula civil y experimental.

“Va a ser un hito en la aviación argentina, es el primer experimental bimotor, el primero que necesite una tripulación (por lo menos piloto, copiloto y mecánico de abordo) y personal en tierra especial. No sabemos si se lo va a pintar, a camuflar, pero en primera instancia va a quedar plateado, pulimos un sector del fuselaje y está muy bien de chapa. No queremos ilusionarnos y tratamos de ser los más ‘pesimistas’ posible; esperamos que esté en vuelo en cuatro o cinco años, si es antes mejor, pero no queremos crear expectativas. Hay que trabajar mucho” finalizó el piloto.

El B-25 llevará en uno de sus laterales su nombre, el mismo que le colocaron sus dueños mientras lo volaron en los cielos del norte del país: Huaira Bajo, que en quichua significa Viento Bajo.

Durante el fin de semana del 12 y 13 de marzo se realizará en el aeródromo de General Rodríguez la 30 Convención en Vuelo de la EAA chapter 722, el festival aéreo civil más importante del país en donde los visitantes pueden llegar en sus propios aviones y sumarse a la fiesta como protagonistas.

El festival se transformó en un clásico y un punto de encuentro obligado para los amantes de la aviación. En ediciones anteriores se pudieron ver aviones antiguos, experimentales, ultralivianos, distintos shows de acrobacia y replicas de aviones de principios de siglo pasado. Para esta edición el show principal estará a cargo de la Escuadrilla Rans, liderada por César Falistocco, y se espera la presencia de un nuevo avión acrobático, un poderoso Extra 330. Además participaran helicópteros de distintas fuerzas de seguridad y se espera la presencia de aviones de la Fuerza Aérea Argentina.

4 de marzo de 2011

 

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