La drogaron en la calle y le dijeron "no te queremos robar, te vamos a matar"
Una joven de Castelar fue obligada a ingerir un somnífero. Los métodos usados por las redes de tráfico de personas y cómo evitar ser una víctima.
Bajo la mirada de los dos ocupantes del auto caminó hacia la avenida, antes trató de ver alguna característica particular del auto bordó, notó que no tenía patente y que parecía ser un VolksWagen Bora. Al llegar a la esquina dobló saliendo por unos momentos de la mirada celosa de sus seguidores. Fueron apenas segundos, los suficientes para esconderse en un local comercial donde la conocen desde que era una nena. “Entré, le dije que me estaban siguiendo, que cerrara la puerta, le conté un poco y me desmallé. No me acuerdo nada mas” apuntó.
Mientras ella estaba en la clínica su padre radicó la denuncia en la comisaría del lugar y según le explicaron los uniformados, otros casos similares se habían dado en la zona. El método utilizado tenía muchos puntos en común con otros secuestros: Los raptores suministran la droga para que cuando la joven cayera desmayada en la vereda pudieran llevársela generando la menor sospecha posible, y si fuera necesario, simularían que la conocen y que la trasladan al hospital.
“Por internet buscan a chicas adolescentes, consiguen el contacto a través de las redes sociales, logran ganarse la confianza hablando con ellas, manejan el lenguaje adolescente a la perfección. Hacen un trabajo de inteligencia, charlando, consultando sobre la familia hasta que logran comprobar si se trata de una persona vulnerable” afirmó Tuñez. Tras el contacto vía web y al haber logrado ganarse la confianza de la joven, acuerdan un encuentro “allí mismo la secuestra o comienzan una relación de pseudonovios hasta que la entrega”.
El tercer método es el secuestro, es el utilizado por los delincuentes que drogaron a Laura. “Es un Modus Operandi muy similar al que utilizaban los grupos de tareas de la última dictadura militar. Encierran a la mujer con una camioneta, la fuerzan a subir, la drogan. Después la llevan a algún lugar donde se hace el ‘ablande’; donde la tienen alrededor de 20 días y la golpean, la torturan, la violan, hasta que la doblegan completamente; y después comienza a trabajar, la hacen desfilar por todos los prostíbulos del país. Casi siempre hay un entregador, una persona cercana que encuentra a la chica que concuerda con las características demandadas en ese momento por los dueños de los prostíbulos. El rango oscila entre los 13 y 24 años de edad en promedio. Lamentablemente cada vez los clientes de los prostíbulos piden jóvenes mas chicas, entonces la demanda exige nenas”.
Según explicó Tuñez, las pequeñas redes que funcionan en el país se conectan con otras más grandes hasta llegar a tres grandes redes internacionales que se encargan de trasladar a las chicas esclavas a Europa donde siguen siendo explotadas sexualmente. El tráfico sólo es exitoso gracias a la complacencia de actores políticos, policiales y administrativos.
Si bien en los últimos años la problemática de la trata de personas ha ganado mucha más presencia en el debate público y en la atención de la gente, los secuestros y las explotaciones también han aumentado.
La manera de evitar estos secuestros es estar atentos: “Son las mismas precauciones para evitar cualquier otro delito, tratar de no andar sola, atenta a cualquier movimiento extraño, si algún auto se acerca, tratar de entrar en algún negocio. Es muy grave porque se están llevando a nuestras hijas, a nuestras madres, a nuestras hermanas, a nuestras amigas” finalizó Tuñez.
Laura volvió a recorrer las mismas calles de su barrio donde intentaron secuestrarla, pero ya no camina con la misma tranquilidad: “No tengo miedo de salir a la calle, pero salgo con mi hermana, o con alguien, nunca ando sola. Tampoco salgo a hacer compras a esa hora, voy más tarde cuando hay más gente. Ando más atenta” concluyó la joven.
11 de noviembre de 2010
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