Los mineros bebieron orina y no pensaron en sexo
Revelaciones del hombre que escribió el famoso cartel que comunicaba que seguían con vida.
José Ojeda, autor del famoso mensaje: "Estamos bien en el refugio los 33", reveló que antes de ser ubicados por rescatistas él y los otros mineros atrapados bajo tierra bebieron orina para no tomar agua contaminada, según una entrevista publicada el domingo por el periódico El Mercurio.
Ojeda cumplió 47 años un día antes de que se iniciara el rescate de los mineros que permanecieron 69 días a 700 metros de profundidad en la mina de cobre y oro San José, 850 kilómetros al noroeste de Santiago.
La mina colapsó el 5 de agosto y sólo 17 días después una perforación de 15 centímetros de diámetro llegó a lo que fue el taller de la mina, a 624 metros de profundidad. Los mineros estaban en un refugio de rocas, 80 metros más abajo.
El 22 de agosto, tras alcanzar el taller, los rescatistas introdujeron una cámara de televisión para conocer la situación, pero los 33 se adelantaron y adhirieron mensajes al tubo. A la superficie llegaron dos mensajes: una carta de un hombre a su esposa y el mundialmente conocido mensaje escrito por Ojeda.
En el refugio había comida y agua para pocos días y sólo para un puñado de personas.
"Encontramos 10 litros de agua mineral sin gas y 18 litros de leche, ocho litros estaban agrios, malos, no se podían tomar", contó Ojeda, perforista, viudo, sin hijos.
Consultado si es cierto que bebieron orina, el minero respondió: "Sí, yo lo hice, al séptimo día".
"Sabía que los uruguayos lo habían hecho. Se lo comenté a los demás, y me dijeron que estaba loco", dijo. "Otros prefirieron tomar agua contaminada que estaba en unos tambores. Fue raro también que nadie se enfermara, y así nos lo dijeron los médicos cuando la analizaron".
Ojeda alude a los rugbistas uruguayos cuyo avión cayó en la cordillera de Los Andes en 1972, y 16 de ellos sobrevivieron en medio de la nieve durante 72 días, comiendo carne humana.
Ojeda desmintió versiones de que los mineros comieron ratones.
"En las minas hay ratas, pero allá, a 700 metros, no había nada... sólo calor insoportable y mucha, mucha humedad", dijo. El calor bordeaba los 39 a 40 grados Celcius y la humedad alcanzaba el 90%.
Según otros miembros del grupo, también había una docena de latas de atún en conserva.
"Nos pasábamos el alimento en una cuchara pequeña, y aunque nos íbamos debilitando cada vez más, al final pudimos soportar 72 horas sin comer... Ahí nos encontraron", relató Ojeda.
Sobre el aspecto sexual, Ojeda contó que "eso se bloqueó. Algunos hicieron bromas pidiendo muñecas inflables. Eran sólo eso, bromas. No había tiempo ni ánimo para pensar en sexo".
El presidente Sebastián Piñera guarda hasta ahora el mensaje escrito por Ojeda, el que ha exhibido en múltiples ocasiones, incluso durante su reciente gira a Gran Bretaña, Alemania y Francia.
Ojeda quiere que el mensaje quede en definitiva en un museo en Copiapó, 800 kilómetros al norte de Santiago, capital de la región de Atacama, donde está la mina.
Los 33 rescatados visitaron el palacio de gobierno invitados por Piñera el 25 de octubre, pero Ojeda no pidió ni recibió en esa ocasión el mensaje de vuelta.
"Tengo que pedirle audiencia para tratar este asunto. Sólo quiero que el papel se guarde en un museo en Copiapó", declaró.
Luego de ubicarlos, los socorristas usaron otras dos perforaciones para instalar un sistema de comunicación, que incluía vídeo conferencias entre los mineros y sus familiares y el envío suministros.
Los trabajadores fueron rescatados mediante una cápsula que los llevó a la superficie el 12 y 13 de octubre a través de un túnel vertical de 622 metros cavado en la roca.
Los mineros hicieron un pacto para no revelar todo lo que sucedió durante los primeros 17 días sepultados bajo miles de toneladas de rocas, y anticiparon que parte de ello será incluido en un libro que publicarán. El pacto incluye el acuerdo de que los ingresos que reciban serán divididos en partes iguales entre los 33, incluyendo al boliviano Carlos Mamani.
Fuente: AP