Barreda deberá seguir bajo arresto domiciliario

El cuádruple homicida recibió  un nuevo revés judicial del Tribunal de Casación Penal bonaerense, quien avaló el cómputo de la pena de reclusión perpetua dictada en el juicio oral. También le denegó un ablandamiento en la prisión domiciliaria, solicitud denegada que se conoció en la resolución de ayer.
 
Los jueces Federico Domínguez y Víctor Violini entendieron que no es inconstitucional la pena de reclusión perpetua que recayó tras el debate oral desarrollado en 1995 cuando recibió la condena en un fallo dividido, ya que una jueza que integraba el Tribunal se pronunció por la inimputabilidad.


El 19 de agosto último Barreda pidió  un nuevo cómputo de la pena y que se aplique la ley del dos por uno vigente cuando cargó cinco veces su escopeta Víctor Sarrasqueta y asesinó a su familia en la casona de 48 entre 11 y 12, donde tenía instalado su consultorio odontológico.
 
En su resolución, conceptualmente, los magistrados sostuvieron que no se puede equiparar la pena de reclusión con la de prisión, ya que la primera implica una condena más gravosa que la segunda, pero no por ello es inconstitucional. Por ese motivo no se puede aplicar la figura del dos por uno. Con este fallo adverso en mano, Barreda deberá esperar hasta el año 2012 para pedir la libertad condicional.

Otro de los puntos que el odontólogo había planteado en la reunión que mantuvo en agosto pasado con Domínguez y Violini es una morigeración en las condiciones de encierro en la casa de su novia Berta “Pochi” André, con quien vive en el porteño barrio de Belgrano.
 
El múltiple homicida contó que sufre algunos problemas de salud y que necesita ir con frecuencia al médico para hacerse estudios y que le gustaría poder salir a caminar unas cuadras para acelerar el proceso de rehabilitación de una operación testicular a la que se sometió el año pasado. Pese a sus explicaciones los jueces confirmaron las condiciones para cumplir el arresto domiciliario impuesto el 23 de mayo de 2008 por la Sala I de la Cámara de Apelaciones y Garantías de La Plata.
 
Una vez notificada la resolución conocida ayer, los jueces de Casación enviarán la causa a la Sala I de la Cámara penal local para que ejecuten un nuevo cómputo de la condena, trámite similar al realizado en el año 2008, donde los camaristas sostuvieron que se debe computar un día de prisión por cada jornada de encierro mientras la condena no quede firme sin hacer lugar a la aplicación del dos por uno.
 
El cuádruple homicidio

El 15 de noviembre de 1992, Ricardo Barreda, escopeta en mano, asesinó a su mujer, Gladys McDonald (57); a su suegra, Elena Arreche (86); y a sus dos hijas Cecilia (26) y Adriana (24), odontóloga y abogada, respectivamente.
 
El Ford Falcon era el auto de Barreda que en el baúl tenían las balas de la escopeta y fueron tiradas en el centro de La Plata. Según contó él mismo, esa mañana se despertó y le dijo a su mujer que iba a limpiar las telarañas del techo. Ella le respondió con un agravio. Decidió podar la parra, al ir a buscar un casco encontró la escopeta Víctor Sarrasqueta que su suegra le había traído de Europa. Tomó el arma, la cargó y se llevó cartuchos adicionales en los bolsillos. En la cocina de la casa se encontraban su mujer y su hija menor, Adriana. Primero mató a Gladys y luego a Adriana. Por las escaleras bajaba su suegra, a la que le disparó, y por último mató a su hija Cecilia, quien bajaba detrás de su abuela.
 
Con la intención de hacer pasar el hecho como un robo, Barreda desacomodó los muebles y tiró papeles. Luego tiró los cartuchos y la escopeta. Se fue al zoológico, luego al cementerio y más tarde a un hotel alojamiento con su amante. Al regresar a medianoche a su casa, llamó a un servicio de ambulancias. Al llegar la policía, se mostró tranquilo y contó la historia del robo. Pero poco tiempo después confesó.

 

14 de octubre de 2010

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