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En cuestiones de sexualidad no todo es blanco o negro. Descubrí tus grises.
"El mundo no puede ser dividido entre cabras y ovejas", dijo, hace 60 años, Alfred Kinsey, el biólogo que, por primera vez, entrevistó a más de 17.000 personas con el fin de entender el verdadero comportamiento sexual del ser humano. De hecho, "el informe Kinsey" fue el primero en incorporar la bisexualidad dentro de un nuevo catálogo para elegir.
Chicas que pasean de la mano o abrazadas, poses lésbicas en populares revistas semanales; hombres de uñas pintadas o con accesorios que superan lo hasta ahora conocido como "metrosexual"; señoras y señores de toda edad que reconocen, esconden o sospechan "sentir algo" frente a los de su mismo sexo, sin por esto sentirse bisexuales. Para ver las clasificaciones en detalle, hacé click en Los distintos grados del sexo.
¿Cómo definir entonces lo que no parece tener definiciones? ¿Es necesario definir algo? Podemos, en principio, reflexionar sobre la idea de que estamos frente una nueva forma de "sensibilidad sexual", donde cada quien pueda sentir o manifestarse como "pinte" aquí y ahora.
Las últimas tendencias darían cuenta de una nueva necesidad, una nueva forma de gobernar, legislar y administrar el verdadero objeto de deseo. Un régimen más flexible y sobreadaptado, que, si se asume con responsabilidad, sólo resta seguir de cerca el comportamiento de cada cultura social y, en este marco, adecuar las preguntas y respuestas a los tiempos que corren.
Los famosos informes de Kinsey, "Conducta sexual del varón" (1947) y "Conducta sexual de la mujer" (1953), revolucionaron la costumbres conservadoras de entonces y, aunque intentaron esconderlas, anticiparon los comportamientos que hoy encuentran su evolución en lo que para muchos sigue siendo una sorpresa.
Los datos por entonces conocidos son la base de muchos patrones y estadísticas de la clínica sexual de hoy. Estas son algunas de las conclusiones que desnudaron, por entonces, a la sociedad norteamericana:
- El 50% de los hombres son exclusivamente heterosexuales, sin contactos ni fantasías homosexuales de ningún tipo.
- El 46% de la población masculina ha mantenido relaciones sexuales tanto heterosexuales como homosexuales, o reacciona a personas de ambos sexos en su vida adulta.
- Un 13% de los hombres siente ocasionalmente cierta atracción erótica hacia otros hombres.
- Un 37% ha tenido alguna relación homosexual con orgasmo en su vida adulta.
- Un 18% tiene tantos deseos homosexuales como heterosexuales.
- Un 13% es definitivamente más homosexual que heterosexual.
- A un 10% puede considerársele exclusivamente homosexual.
- Exclusivamente homosexuales sólo puede considerarse al 6% de las mujeres entrevistadas.
- La mitad de los varones casados y la cuarta parte de las féminas han tenido alguna experiencia extramatrimonial durante su vida marital.
Estos datos aparecen en torno a una escala que Kinsey y sus colaboradores establecieron para clasificar la orientación sexual de las más de 15.000 personas que entrevistaron para su estudio. No se tuvieron en cuenta las fantasías, sino las experiencias sexuales que hayan concretado. Estas escalas apoyan hoy nuestra teoría de la paleta cromática del sexo.
Todos los comentarios que aparecieron sobre el Informe Kinsey, desde su publicación hasta nuestros días, coinciden en señalar que lo que logra esta investigación es documentar el gran abismo que puede existir entre las actitudes sexuales y las prácticas reales de todos los hombres y mujeres del mundo.
Quien quiera conocer más a Kinsey y saber un poco más de lo que hombres y mujeres pueden llegar a desear, pueden ver el filme Informe Kinsey (2004). Quien quiera conocer un poco más de sus propios deseos deberá sentarse a ver su propia película.
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Fuente: La Nación.com