Radiografía de Olivos: los bares comenzaron a desaparecer de la "playita"

Debían desalojar el lugar hace un mes pero consiguieron un plazo hasta fines de abril. El enojo de sus dueños, el vial costero y el plan del municipio. 24CON recorrió el lugar.

Quieto. El lugar parece permanecer en una quietud inusitada. La gente camina lento, se mueve lento, y hasta habla lento. Nada parece apurarlos. Así son las mañanas en la costa de Olivos, donde todo parece suspendido en el tiempo. Más aún en estos meses, luego de que el municipio de Vicente López haya decidido desalojar a los bares que se apostan a metros de la playita.

Es que justo por ese lugar pasará el Vial Costero, un corredor que aliviará el tránsito de la Avenida Libertador en un trayecto de unas 15 cuadras. Por esta razón los dueños de los bares y restaurantes debían abandonar los comercios a fines de febrero, aunque luego de presentar un recurso de amparo en los Tribunales de San Isidro, lograron que se extienda el plazo hasta principios de mayo.

Sin embargo, el paisaje cambió frente al oleaje constante del Río de La Plata, y comenzó a dar sus primeros signos de abandono. Dos de los ocho pubs decidieron cerrar. Hasta uno de ellos, tapió sus ventanas y puertas. 

Los comerciantes estiman que a raíz del emprendimiento vial, más de 500 personas perderán sus fuentes de trabajo. “No sabemos qué vamos a hacer, por ahora vamos a trabajar estos días que nos quedan y después veremos”, dijo Guido, dueño de un restó, a 24CON.

Las tierras costeras pertenecen a la Provincia de Buenos Aires, pero es el municipio el encargado de administrarlas, ya que regentea la concesión de las parcelas y administra sus alquileres.

El paso del vial es un dolor de cabeza para las autoridades locales, ya que los vecinos de la zona intentan frenar su avance desde hace seis años, cuando se dio a conocer la noticia. Es más, el próximo lunes 5 de abril protestarán frente a la municipalidad local y, según coordinaron en su última reunión, hasta tienen pensado realizar un acampe en la costa para impedir la llegada de las primeras máquinas viales.

Pero la realidad de la costa de Olivos es que el proyecto aún no comenzó, y hasta su inicio parece lejano. Las únicas obras que se realizan actualmente son un trazado de caños de gas, y el alisado del suelo de un sector, para que se monten las carpas del Cirque du Soleil.

Por su parte, el presidente del bloque oficialista en el Concejo Deliberante, Fabián Gnoffo, había afirmado a 24CON que la decisión “viene de una prórroga a la licitación de los locales de hace 5 años”. Según el edil, hace 3 años que los emprendimientos comerciales se tendrían que haber ido, pero en aquel entonces el Ejecutivo decidió que continúen hasta que empiecen las obras del camino costero en la zona balnearia.

Lo cierto es que tanto habitantes linderos al lugar, que también reclaman por la construcción indebida de torres, como comerciantes, señalaron que ante el inminente desalojo se perderán decenas de fuentes de trabajo. “Hay alrededor de 40 empleados por boliche”, reconoció el dueño de uno de los restaurantes más importantes.

Algunas versiones insinuaron que el intendente local, Enrique “Japonés” García, quien mantiene fluidas pero poco exitosas reuniones con los vecinos, habría prometido una solución económica para aquellos desempleados. Aunque no fue confirmada a este diario por sus allegados.

 

El mega emprendimiento

El 16 de julio pasado se publicó en el Boletín Oficial de Vicente López el llamado a licitación número 26, en el que se detalla la magnitud de la obra. El corredor comenzaría en la Avenida General Paz, y llegaría hasta la calle H. Irigoyen, en coincidencia con el actual Boulevard Vito Dumas.

Según consta el documento, la obra “abrirá nuevas vías de conexión entre esta extensión y la Av. Del Libertador y de ésta con la calle Laprida. La traza paralela a la costa respetará y mantendrá el tramo vehicular del Paseo Costero entre las calles Laprida y Melo”.

El emprendimiento estará financiado con fondos nacionales y se estima que tendrá un costo de más de 54 millones de pesos. Si bien la idea fue avanzando en los papeles, aún no tiene fecha de inicio y hasta muchos la ponen en duda. “No creo que lo hagan, y si lo hacen, van a tardar como cuatro años”, dijo otro gerente de un bar. Mientras, en Olivos la bronca crece, y la mañana sigue pasando lenta por una costa desolada. Estática y expectante.

 

1 de abril de 2010

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