Furia de fans del Paintball por la muerte de Paulo
"Lo máximo que puede provocar es la pérdida de la vista, pero para evitar eso hay jueces, reglas y protectores corporales", dijeron a 24CON
El pasado 21, un trágico hecho ensució, de rebote quizá, al deporte llamado Paintball. De rebote porque se dice que Paulo César Santroni, quien falleció tras caer desde nueve metros de altura en el edificio de la ex fábrica militar de Pilar (un espacio que se encontraba clausurado por la municipalidad y donde igualmente se organizaban partidas de Paintball) no estaba en el medio de una contienda al momento de la tragedia.
Fuentes policiales confirmaron en ese entonces a 24CON que el hombre, de 35 años y oriundo de Vicente López, vestía un traje camuflado y estaba acompañado por seis amigos. También corroboraron la versión que lo desligaba de una posible muerte durante un juego. “Estaba sacándose fotos con los amigos”, recalcó el uniformado.
Tras la publicación que realizó este medio: “El Paintball donde murió Paulo era una trampa mortal”, donde no sólo se reflejó lo antes dicho sino que además se demostró que DeaBlick, el equipo organizador de estas partidas, dio de baja su página Web (algunos dijeron que está fuera de servicio desde hace meses porque “ya no organiza partidas”) y borró sus contactos de Internet, las opiniones de los jugadores que se mostraron en contra y a favor de lo informado, no dejaron de “llover” a la redacción.
Sobretodo, fue el particular llamado de un miembro de The Hunters Team, un equipo citado en “El paintball donde murió…”, que desató la polémica. “Queremos que se rectifique nuestro nombre ya que no tenemos nada que ver con la muerte de este chico y que es algo que lamentamos mucho”, dijo el hombre.
El artículo intentó mostrar cómo los jugadores (es este caso del equipo The Hunters Team, elegido al azar por ser uno de los primeros que aparecen en la Web y considerando que al foro oficial de paintballargentina.com no es posible ingresar ya que es verdaderamente privado) tomaron la muerte de Santroni. Al hacerlo, uno de los post recomendaba: “Tratemos de no habar mucho mas del tema por aca jejeje...!!a ver si caemos en naca nosotros por boludos jejejeje....!!!” (SIC).
En dichas líneas precisamente no se reflajaba la presunta hermandad que une a los miembros del Paintball. El mensaje resultó chocante. Pero el jugador que se comunicó con 24CON explicó: “Ese es un foro interno y privado (N del R: si se tipea “Paintball foro” en Google, el foro de The Hunters Team aparece en la tercera página con la leyenda: “Foro gratis”. No se puede ingresar desde la portada pero sí desde otros link) no lo hicimos de maldad, son bromas que hacemos entre nosotros”, se defendió.
“Somos 25 personas que jugamos en The Hunters. Estamos haciendo una división para entrar en el torneo americano. Nos estamos formando y no teníamos la intención de ofender con nuestros comentarios”, repitió la voz detrás del teléfono y agregó: “Tampoco queríamos aparecer en una nota de una muerte de lo que no tenemos nada que ver. Somos deportistas, nada más”.
Dicho esto, y teniendo en cuenta que la noticia merece información fehaciente, confiable y veraz, es menester realizar una autocrítica sobre los tópicos considerados como “erróneos” y una fe de erratas.
Enmarcado como deporte (amateur a nivel nacional), Jorge Coluccio, directivo de la Asociación Argentina de Paintball (AAP, entidad que los nuclea) explicó que existieron términos “mal utilizados” sobre la práctica, la infraestructura y las provisiones que se usan en el Paintbal. Las “mal llamadas armas, según el Renar, se denominan ‘marcadoras’ y son casi inofensivas”.
“Lo máximo que pueden provocar es la pérdida de la vista, pero para evitar eso hay jueces, reglas y protectores corporales”, enumeró Coluccio. Además, indicó que llaman ‘juego’ a las llamadas anteriormente ‘batallas’.
Al respecto de la utilización de la ex fábrica militar de Pilar como campo de juegos, el directivo de AAP recomendó como principal medida “asistir a un campo donde existan las normas de seguridad que protejan a los participantes”. Y reconoció que ellos no son un ente con poder para habilitar o clausurar un Paintball, sino que “ayudamos a que se establezcan estas condiciones”.
“Si la AAP detecta predios que no cumplen con las normas, lo máximo que puede hacer es postearlo en el blog como un lugar no habilitado y/o recomendado para practicar”, apuntó el representante de la Asociación.
Anilinas Argentinas, la ex fábrica militar donde murió Paulo Santroni, tiene un reconocido currículum entre los jugadores de Paintball. Es, definitivamente, un escenario de los preferidos para la competencia por su soledad y su abandono. Aunque también lo evitan por su lejanía con otros centros urbanos. “Es de público conocimiento que se organizaban partidas ahí”, reconoció la líder de un equipo que vive en las inmediaciones del barrio Pelegrini, aledaño a la empresa.
La mujer, además de confirmar las versiones sobre la recurrente utilización del lugar, se mostró muy molesta con el periodismo televisivo: “Vinieron de varios canales a hacer notas y yo les decía que no se subieran al lugar de donde se cayó el chico porque es peligroso y no me hicieron caso. Son tan irresponsables como el que viola una regla en el Paintball”, finalizó.
Video paintball (6.62 MB)
29 de marzo de 2010