José Manuel Boloqui
"Sé que tuvimos mucha suerte"
Un argentino, gerente de Hewlett Packard que trabaja en EE. UU., estaba de luna de miel en Tailandia cuando llegó el tsunami.
"Normal, como antes del 26 de diciembre de 2004”. Así define su vida actual José Manuel Boloqui. Pero hace cinco años este argentino, gerente de Hewlett Packard que trabaja en EE. UU., estaba de luna de miel en las paradisíacas playas de la isla de Phuket, en Tailandia, cuando se despertó y vio una ola gigante que estaba punto de arrasar la habitación de su hotel y casi todo a su alrededor. El terremoto submarino que sacudió el Océano Índico y que ocasionó olas gigantes que destrozaron las costas de todos los países que baña, tuvo su epicentro en Sumatra y provocó unas 230.000 muertes. Boloqui, que está casado con la filipina Irene Yu y tiene un hijo de dos años, promete que volverá a Tailandia en 2014, cuando se cumplan 10 años de la tragedia. Intercambió e-mails con Sebastián Catalano, de Newsweek. Extractos:
- Si usted googlea su nombre la mayoría de las aparece definido como sobreviviente, ¿se siente así?
- Mi esposa y yo superamos la experiencia, la dejamos atrás hace tiempo. De todas formas, cada 26 de diciembre todo vuelve. Por eso, damos gracias por haber sobrevivido.
- ¿Su vida se redefinió a partir del tsunami?
- Si bien fue una situación limite y muy difícil de manejar, no fue algo que haya cambiado nuestra forma de vida. Pero sé que tuvimos muchísima suerte.
- ¿Cuál es la imagen de la tragedia que más le vuelve a la cabeza?
- El día después. Para salir del resort tuvimos que cruzar la playa principal (Patong beach), y verla llena de autos, motos, electrodomésticos. Ver autos unos encima del otros o incrustados en el segundo piso del hotel fue algo terrible. Todo era desolación, tristeza y mucha impotencia.
- ¿Cómo recuerda ese día?
- Todo empezó muy temprano, alrededor de las 6 de la mañana. Mi esposa me despertó diciendo que la cama se movía. En broma, le dije a ella que seguramente era la pareja de la habitación de al lado, que también estaban en su luna de miel. A las 7:45 nos llamaron del lobby para confirmar el viaje a la isla de “James Bond” (Koh Tapu Island) para las 10. Ese llamado nos salvo la vida: solíamos dormir hasta las 9:30 y el tsunami ocurrió a las 8:30. Cuando estábamos por ir a desayunar notamos la marea muy baja y en cuestión de segundos el mar empezó a crecer hacia nuestra habitación a una velocidad increíble. Mi esposa me gritó que saliéramos y yo fui al armario a sacar los pasaportes. Por suerte dejó la puerta abierta y un sofá empujado por el agua bloqueó la puerta, con lo cual, cuando el agua me llegó a la cintura salí del armario para saltar por el sofá y salir. Afuera era un caos total.
- ¿Y después qué pasó?
- Había mucha gente saliendo de sus habitaciones, lo único que podíamos hacer era subir al segundo piso. Luego, la marea empezó a bajar en forma rapidísima y volvimos a buscar lo que hubiera quedado en las habitaciones. Pero todo lo que estaba a la altura de la cintura se había ido: celulares, libros, zapatos. Lo más bizarro fue ver algas y peces en la alfombra, saltando porque quedaba muy poca agua en el piso. Nos quedamos ocho horas en la montaña que estaba detrás del hotel y vimos como otras tres olas más llegaron hasta el hotel.
- ¿Qué fue lo más terrible que vio durante el tsunami?
- Lo más terrible fue esa noche en el lobby del hotel. Con muy poca información y mucha tristeza. Un hombre mayor perdió a su esposa esa mañana, estaban de vacaciones celebrando el 40 aniversario de casados. Una mujer estaba desesperada, su esposo y sus dos hijos habían salido a pescar y no había noticias. Los empleados del hotel no sabían nada de sus familias.
- ¿Cómo fueron sus primeros días después de la tragedia?
- Muy difíciles, sobre todo cuando vimos el tamaño de la catástrofe. Mi familia estaba en Barcelona, mis amigos en Buenos Aires y la familia de mi esposa en Filipinas. Fue difícil avisar que estábamos bien.
- ¿Le quedó algún tipo de miedo?
- No.
- ¿Sigue yendo a lugares con playas?
- Si, seis meses después fuimos a Bintan Island, en Indonesia. La primera noche en esa isla fue bastante incómoda, era inevitable no pensar en lo vivido en Phuket.
- ¿Volvió a Tailandia?
- Si, a Bangkok, pero por trabajo. Con mi esposa pensamos volver a Phuket en el 2014, al mismo resort. Los tailandeses fueron muy generosos y de gran ayuda en semejante situación. Queremos decirles gracias otra vez.
- Si usted googlea su nombre la mayoría de las aparece definido como sobreviviente, ¿se siente así?
- Mi esposa y yo superamos la experiencia, la dejamos atrás hace tiempo. De todas formas, cada 26 de diciembre todo vuelve. Por eso, damos gracias por haber sobrevivido.
- ¿Su vida se redefinió a partir del tsunami?
- Si bien fue una situación limite y muy difícil de manejar, no fue algo que haya cambiado nuestra forma de vida. Pero sé que tuvimos muchísima suerte.
- ¿Cuál es la imagen de la tragedia que más le vuelve a la cabeza?
- El día después. Para salir del resort tuvimos que cruzar la playa principal (Patong beach), y verla llena de autos, motos, electrodomésticos. Ver autos unos encima del otros o incrustados en el segundo piso del hotel fue algo terrible. Todo era desolación, tristeza y mucha impotencia.
- ¿Cómo recuerda ese día?
- Todo empezó muy temprano, alrededor de las 6 de la mañana. Mi esposa me despertó diciendo que la cama se movía. En broma, le dije a ella que seguramente era la pareja de la habitación de al lado, que también estaban en su luna de miel. A las 7:45 nos llamaron del lobby para confirmar el viaje a la isla de “James Bond” (Koh Tapu Island) para las 10. Ese llamado nos salvo la vida: solíamos dormir hasta las 9:30 y el tsunami ocurrió a las 8:30. Cuando estábamos por ir a desayunar notamos la marea muy baja y en cuestión de segundos el mar empezó a crecer hacia nuestra habitación a una velocidad increíble. Mi esposa me gritó que saliéramos y yo fui al armario a sacar los pasaportes. Por suerte dejó la puerta abierta y un sofá empujado por el agua bloqueó la puerta, con lo cual, cuando el agua me llegó a la cintura salí del armario para saltar por el sofá y salir. Afuera era un caos total.
- ¿Y después qué pasó?
- Había mucha gente saliendo de sus habitaciones, lo único que podíamos hacer era subir al segundo piso. Luego, la marea empezó a bajar en forma rapidísima y volvimos a buscar lo que hubiera quedado en las habitaciones. Pero todo lo que estaba a la altura de la cintura se había ido: celulares, libros, zapatos. Lo más bizarro fue ver algas y peces en la alfombra, saltando porque quedaba muy poca agua en el piso. Nos quedamos ocho horas en la montaña que estaba detrás del hotel y vimos como otras tres olas más llegaron hasta el hotel.
- ¿Qué fue lo más terrible que vio durante el tsunami?
- Lo más terrible fue esa noche en el lobby del hotel. Con muy poca información y mucha tristeza. Un hombre mayor perdió a su esposa esa mañana, estaban de vacaciones celebrando el 40 aniversario de casados. Una mujer estaba desesperada, su esposo y sus dos hijos habían salido a pescar y no había noticias. Los empleados del hotel no sabían nada de sus familias.
- ¿Cómo fueron sus primeros días después de la tragedia?
- Muy difíciles, sobre todo cuando vimos el tamaño de la catástrofe. Mi familia estaba en Barcelona, mis amigos en Buenos Aires y la familia de mi esposa en Filipinas. Fue difícil avisar que estábamos bien.
- ¿Le quedó algún tipo de miedo?
- No.
- ¿Sigue yendo a lugares con playas?
- Si, seis meses después fuimos a Bintan Island, en Indonesia. La primera noche en esa isla fue bastante incómoda, era inevitable no pensar en lo vivido en Phuket.
- ¿Volvió a Tailandia?
- Si, a Bangkok, pero por trabajo. Con mi esposa pensamos volver a Phuket en el 2014, al mismo resort. Los tailandeses fueron muy generosos y de gran ayuda en semejante situación. Queremos decirles gracias otra vez.