Policía, fiscal e Intendente cruzados por los Pomar
El jefe comunal de Pergamino dijo que una denuncia alertó del accidente. La fiscal lo desmintió y le pegó a la policía. Stornelli quedó en el medio.
A dos días de hallados los cuerpos sin vida de la familia Pomar, la causa se convirtió en un verdadero revuelo, en donde se mezclaron los entredichos de las fuerzas de seguridad, la justicia y la Intendencia de Pergamino.
El eje de la cuestión que hizo caldear los ánimos fue, sin dudas, los 24 días que tardaron las autoridades en encontrarlos y, además, de las posibles hipótesis que se trabajaron mientras los Pomar yacían a la vera de la ruta 31, muertos.
En la mañana de hoy transcurrieron todos los entredichos. Temprano, el ministro de Seguridad de la Provincia, Carlos Stornelli, desmintió las versiones que hacían referencia a una posible purga de la cúpula policial. Sólo le tomó la renuncia a cuatro Superintendentes vinculados a la investigación que ya pasaban a retiro.
Con respecto al procedimiento que llevaron a cabo, el martes pasado dijo inflexible: “El auto es difícil verlo desde la ruta, desde adentro y también desde el aire. No hubo fallas en el rastrillaje porque el rastrillaje los encontró”.
El intendente de Pergamino no se quedó atrás y lanzó la información que manejaba o, por lo menos, su punto de vista. "Tenemos información de que hubo una llamada al 101 de que ese día hubo un accidente", dijo Héctor Gutiérrez y disparó por momentos una nueva veta en la causa. "Se desechó la información", opinó.
La que terminó de anudar el embrollo fue la fiscal que interviene en el caso, Carina Pollice. En una breve conferencia de prensa, desmintió la existencia del llamado. “Me enteré esta mañana, desconozco esa versión”, reconoció. "Un cabo se comunicó delante del padre de Fernando Pomar con cada una de las dependencias policiales de Seguridad desde José Mármol hasta Pergamino, y le informaron que en San Andrés de Giles se había producido un accidente, pero no era con un Fiat Duna Weekend".
De todas formas, no tardó más que avanzar unas pocas palabras para, también, apuntar contra la Bonaerense: “Evidentemente, el rastrillaje no se hizo bien”.
Expresó además que desde el comienzo de su investigación, barajó la posibilidad de un accidente de tránsito, aunque quedó casi descartada al no tener precisiones afirmativas por parte de los informes policiales que le llegaban a diario.
Todos echan culpas ajenas. Hasta el mismo Starc, quien el día del hallazgo señaló: “En algo hemos fallado”. Lo cierto es que la fiscal, que confió en las fuerzas de seguridad que tenía a su disposición, inició una nueva investigación paralela. El motivo: “Determinar las responsabilidades”. Con todo esto ¿Qué cabeza se pedirá? Hasta ahora, todas las acusaciones las recibe la policía, que tiene en su haber una mancha más.
10 de diciembre de 2009
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