El forense Raffo tenía razón: todos estaban muertos

Por Cecilia Di Lodovico

 

 

En su momento, uno de los especialistas más prestigiosos de la criminología argentina, Osvaldo Raffo adelantó el trágico final. A continuación presentamos la nota publicada por 24CON sobre uno de los sucesos que más atrapó la atención de los argentinos:

 

“Para mí es un misterio. Tengo tantas dudas como todos, tanto que no puedo arriesgar una teoría lógica. Lo que tenemos, hasta ahora, son todas conjeturas más o menos lógicas”. A Osvaldo Raffo, uno de los mayores referentes de la investigación argentina, la desaparición de la familia Pomar lo tiene “confundido”. “Realmente, no sé bien que pudo haber pasado”, confesó a 24CON. “Ojala que me equivoque, pero pienso que esta gente está muerta”, arriesga. “Cuando dejás de ver a una persona por más de dos semanas, hay que pensar lo peor”, reflexiona y se pregunta sin encontrar respuesta: “¿Dónde está el auto? Si los mataron, ¿dónde están los cuerpos? ¿Cómo nadie los vio si su fotografía recorrió el país? ¿Cómo explicas que la madre no hay intentado comunicarse con el hijo? ¿Cómo puede ser posible que desaparezca toda una familia?

Y las incógnitas del caso continuaron rondado en su cabeza: “Si se escaparon, ¿de qué vivieron todo este tiempo? Se sabe que estaban atravesando un momento de déficit económico y que se fueron con lo puesto. Pero, si lo lograron,  ¿dónde se están ocultando? ¿Cómo puede pasar una familia entera, en un auto rojo, desapercibida? Si se fueron del país, ¿Cómo lograron sacar a las nenas? Porque un adulto pueden pasar por algún sendero escondido, pero ¿las niñas? Sobornar a la custodia y cruzar la frontera es sólo para malandrines”. Una y otra vez, este caso es para Raffo ensayo y error. Cada vez que arma una teoría hay una pieza del rompecabezas que no encaja.

“Tampoco puede haber sido un accidente porque en esa zona no hay precipicios ni otro tipo de peligro similar, ni montañas donde ocultar el vehículo. La única posibilidad es que esté oculto en un cobertizo. Creo que está familia ya no está en este mundo”, insiste, puesto que los números no le cierran: “Pasaron más de 15 días y estos casos son similares a los homicidios, si no se resuelven dentro de las 0 horas y los ocho días, el caso está prácticamente perdido, se perdieron las 72 horas más valiosas luego de la desaparición con los papeleos que lleva a cabo la Policía en los casos de desapariciones”.

“Por otro lado, tenemos el caso de Sofía, la chiquita que desapareció en Santa Cruz, se la tragó la tierra, pero ocultar el cadáver de una nena es más fácil, la entierran en una zanja y listo, ¿cómo hacen para esconder a una familia entera?” El enigma no tiene fin.

“No creo que hayan salido de la zona de Pergamino. Así de negro lo veo”, dice Raffo y su tono revela verdadera congoja. “A esta gente alguien le ha hecho un desastre o él (Fernando Pomar) lo ha hecho”. Pero, otra vez, ¿dónde están los cuerpos? ¿Dónde está el auto? Es curioso que los empleados de las estaciones de servicio que hay en la ruta, todavía, no hayan dicho nada. Ellos ven todo, saben todo lo que pasa. ¿Cómo puede ser que no los hayan visto? Por eso, creo que no salieron de Pergamino”.

Aunque al forense desconfía del móvil pasional: “Un crimen pasional no es así. Hay mucha sangre, el asesino se termina entregando o lo hace delante de todos. No se planea porque es impulsivo. En la casa estaba en perfecto orden y el arma que podría haber comprado Pomar puede haber tenido una intención de defensa, con todas las cosas que están pasando… No le echemos la culpa a la presunta víctima, no lo investiguemos tan mal. Nada tiene que ver que sea Técnico Químico”.

Sin embargo, hay un indicio que llamó la atención de Raffo: “No se despidieron de la vecina, como lo hacían habitualmente y este quiebre en la rutina puede significar que estaban escapando”. El olfato del investigador se agudiza con esta hipótesis: “Me da la impresión que salieron huyendo de algo”. Quizás ese “algo” o “alguien” los alcanzó en la ruta.

“Escuché a alguien decir que parece que se los llevó un plato volador y, en las investigaciones que se valen de teorías lógicas, esto es un disparate, pero con lo que está pasando en este momento, cualquier hipótesis absurda es posible. Nunca he visto algo semejante: vivimos inmersos en una violencia desatada donde te matan por nada, sin lógica alguna. ¿Qué les puede haber pasado a los Pomar? Lo único que puedo asegurar es que desaparecieron en forma violenta contra su voluntad”.

 

30 de noviembre de 2009

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