Murió otro narco en el tiroteo de la villa 9 de Julio
Una tensa discusión se generó entre la madre de un joven asesinado en la villa y los "transas" acusados de dicho homicidio. 24CON alertó a la policía y el desenlace fue fatal: dos delincuentes muerto y un policía herido.
Era una tarde como cualquier otra en la villa 9 de Julio. Pero, una vez más, la monotonía fue abruptamente destrozada por otro avance narco. Alrededor de las 18:45, la denominada "banda de los Pacheco" ingresó a los tiros al barrio para reclamar el territorio, intimidando a sus habitantes. Asimismo, una fuente informó a 24CON que los transas que habían sido echados de la villa luego del homicidio de Edgardo Kleyer, de 19 años, "entraron a las patadas" a la vivienda de uno de los familiares del joven masacrado en la esquina de 9 de Julio y Almirante Brown, en Billinghurst.
"Tengo miedo de que maten a mi mamá, están todos enfierrados", dijo al borde del llanto una de las hijas de Soledad Lemos, madre del joven asesinado, a 24CON. La conversación fue telefónica y la tensión que había en la villa se transmitía por la línea. Se podían oír los gritos que Lemos les propinaba a Gerardo Goncebat y a los hermanos Pacheco (Diego y el "Rengo"), sindicados como los jefes narcos de la villa (Ver Jefes narcos se disputan el tráfico en la villa 9 de Julio). Ambos entraron al barrio escoltados por cuatro patrulleros y vistiendo chalecos antibalas. Gerardo, como es su costumbre, llevaba puesto una gorra y una peluca.
Durante el diálogo que mantuvieron los familiares de Lemos con la banda de Pacheco, los presuntos narcos habrían reconocido que "Quiqui" y el "Ruso" -autores materiales del homicidio de Kleyer- trabajaban para ellos y que los estaban buscando para "agarrarlos y llenarlos de cuetes" porque, la balacera, "no era para Edgardo". Y hasta le habrían sugerido a Soledad Lemos, entregarlo muerto en la puerta de su casa para que levante la denuncia.
"Ustedes se tienen que hacer responsables porque ellos trabajaban para ustedes. Entreguen a los asesinos", le respondió la mujer. "Nosotros no matamos a nadie", se podía escuchar a uno de los tres hombres contestando a las acusaciones de Lemos. "Nos mataron a dos compañeros", intentó conmover a Lemos otro de los Pacheco. "No quiero que me den plata, prefiero limpiar inodoros, antes que pararme en la esquina (a vender droga)", dijo, categórica, Lemos.
"La muerte de mi hijo no tiene precio, acá están acostumbrados a pagar y yo no voy a aceptar plata, no voy a levantar la denuncia. Vos estás vendiendo muerte", finalizó la conversación Lemos. Por otro lado, los hombres habrían reclamado las viviendas que dejaron abandonadas los transas, luego de asesinar a Edgardo.
Días atrás, la madre de Edgardo manifiestó sentirse en "peligro" por haber denunciado a los asesinos de su hijo a la Justicia (Ver La mamá de Edgardo teme por la vida de sus hijos), por lo que reclamó protección a la Fiscalía que sigue la causa (la UFI Nº1 del departamento Judicial de San Martín), pedido que no fue concebido.
La policía llegó al lugar y se desencadenó el tiroteo con un saldo fatal: un narco muerto al instante y uno gravemente herido que falleció más tarde. Un policía también fue alcanzado por una bala y está en observación.
2 de septiembre de 2009.
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