“Barreda pagó para salir de la cárcel”

Fue tapa de todos los medios. El odontólogo que asesino a su familia a escopetazos había conseguido la prisión domiciliaria gracias al amor de una mujer. ¿Cuál es la verdad?

Por Cecilia Di Lodovico

No lo parece, pero lo es. Ricardo Barreda, detrás de sus buenos modales, sus delicados gustos y el título de odontólogo, esconde un a un frío asesino, capaz de masacrar entera a su familia a escopetazos. Y no se arrepiente porque “ellas” lo merecían y hasta se animó a decir: “Eran ellas o yo”, tratando de aminorar su pena (carcelaria).

“Me tocó actuar como perito en este caso. Teníamos que demostrar que era imputable porque comprendía sus actos. De todas maneras, él padece un desorden de su género: no tiene separado el género femenino del masculino. Por eso, Barreda se sacaba cuando la mujer y sus hijas le decían esa famosa palabra (NdR: “conchita”)”.

"Pochi", la novia de Barreda.
¿Puede volver a matar?
Fue un error de la Justicia haberle dado el beneficio de la prisión domiciliaria. Como todo psicópata, Barreda va a volver a cometer el error.
Él contrató a la mujer que tiene al lado. Ahí no hay amor. La mujer es una piola también, piensa: “tengo plata, tengo protagonismo”, pero eso es problema de ella. Yo estoy investigando a Barreda.
Vos fijáte, ¿cuál es el factor humano más importante para la Justicia? El testigo presencial.
Antes del múltiple asesinato “Barreda tomó dos clases en un club sobre criminología. ¿Qué fue a estudiar ahí Barreda, un odontólogo? Ahí supo de la importancia del testigo presencial y, por eso, mató a todas. Eliminó a los testigos presenciales.

 

Desde mayo de 2008, El odontólogo Ricardo Barreda, condenado a reclusión perpetua por asesinar a su esposa, sus dos hijas y su suegra en noviembre de 1993, cumple arresto domiciliario en la casa de su novia, Berta "Pochi" André, ubicada en Belgrano.

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