¿Folklore del fútbol?
Bidones con agua en mal estado, sacar provecho de los puntos objetables del reglamento, esconder las pelotas o tirarse para hacer tiempo. ¿Todo vale con tal de ganar?
Hazte la fama y… preguntale a Carlos Salvador Bilardo, Américo Gallego, Osvaldo Zubeldía y tantos otros. Si el equipo logra hacer cuarenta pases seguidos y definir con un tiro combado al segundo palo del arquero rival una y otra vez, todos serán felices en la cancha. A veces no se puede.
Entonces -como ganar es la premisa- introducir la pelota con la mano y pararse los once jugadores debajo del travesaño local es igualmente celebrado. Perder anticipa la tempestad. Pésima costumbre. Costumbres, folklore del fútbol que le dicen.
El sistema se instaló cuatro décadas atrás y, lejos de desaparecer, cada semana muestra más adeptos. La anécdota del Mundial de Italia es públicamente conocida. Durante el encuentro entre Argentina y Brasil, Carlos Salvador Bilardo puso en juego el famoso bidón: Branco tomó agua argentina y terminó descompuesto pidiendo el cambio.
Artilugios como aquel cuesta encontrar, lo más común es la desaparición de pelotas –tal como sucedió en el clásico platense, o ver a un jugador simular una lesión cual ganador del Oscar de oro- . Sin embargo, una situación “similar” se vivió en los últimos días en el Oriente. Dicen las malas lenguas que Seúl habría suministrado comida en mal estado a los futbolistas de Corea del Norte antes del encuentro de clasificación para el Mundial-2010 que ambos países disputaron el último primero de abril, los norcoreanos cayeron por la mínima diferencia. Folklore y globalización, combinación explosiva.
Entonces -como ganar es la premisa- introducir la pelota con la mano y pararse los once jugadores debajo del travesaño local es igualmente celebrado. Perder anticipa la tempestad. Pésima costumbre. Costumbres, folklore del fútbol que le dicen.
El sistema se instaló cuatro décadas atrás y, lejos de desaparecer, cada semana muestra más adeptos. La anécdota del Mundial de Italia es públicamente conocida. Durante el encuentro entre Argentina y Brasil, Carlos Salvador Bilardo puso en juego el famoso bidón: Branco tomó agua argentina y terminó descompuesto pidiendo el cambio.
Artilugios como aquel cuesta encontrar, lo más común es la desaparición de pelotas –tal como sucedió en el clásico platense, o ver a un jugador simular una lesión cual ganador del Oscar de oro- . Sin embargo, una situación “similar” se vivió en los últimos días en el Oriente. Dicen las malas lenguas que Seúl habría suministrado comida en mal estado a los futbolistas de Corea del Norte antes del encuentro de clasificación para el Mundial-2010 que ambos países disputaron el último primero de abril, los norcoreanos cayeron por la mínima diferencia. Folklore y globalización, combinación explosiva.