Era stripper y se hizo monja
Una mujer se dedicaba a animar fiestas, pero fue sorprendida por un mensaje celestial y prefirió cambiar. "Estaba tirando mi vida con el alcohol y el sexo", dijo.
De animar las noches milanesas a monja. Ese fue el salto de sor Anna Nobili, de 38 años, la ex stripper que bailará el próximo día 7 en la Basílica romana de Santa Cruz de Jerusalén, en un acto presidido por el presidente del Consejo Pontificio para la Cultura, el arzobispo Gianfranco Ravasi.
El diario italiano La Repubblica publicó una entrevista con ella en la que reconocía que antes de cambiar de vida "estaba tirándola con el alcohol y el sexo, sin amor verdadero". Así fue su día a día desde los 18 hasta los 25 años, hasta que sintió la llamada de Dios.
"Tenía 25 años y bailaba desde los 18. Después, en Asís, delante de la Iglesia de Santa Clara, sorprendida por el cielo, por los colores, por la paz, me puse a bailar entre el estupor de la gente", explicó.
Cuando regresaba en tren a Milán sintió que "Dios estaba dentro de mí. Había renacido, estaba transfigurada". Así que decidió cambiar de vida... y hasta hoy. De hecho, hace poco hizo sus votos perpetuos en la catedral de Palestrina (Roma).
PD: Este caso es el contrario al de Leticia Cerchia, la italiana que a sus 31 años decidió dejar sus votos religiosos para convertirse en modelo (aunque no stripper; pero bueno, la comparación es curiosa, ¿no? Unos entran y otros salen).
El diario italiano La Repubblica publicó una entrevista con ella en la que reconocía que antes de cambiar de vida "estaba tirándola con el alcohol y el sexo, sin amor verdadero". Así fue su día a día desde los 18 hasta los 25 años, hasta que sintió la llamada de Dios.
"Tenía 25 años y bailaba desde los 18. Después, en Asís, delante de la Iglesia de Santa Clara, sorprendida por el cielo, por los colores, por la paz, me puse a bailar entre el estupor de la gente", explicó.
Cuando regresaba en tren a Milán sintió que "Dios estaba dentro de mí. Había renacido, estaba transfigurada". Así que decidió cambiar de vida... y hasta hoy. De hecho, hace poco hizo sus votos perpetuos en la catedral de Palestrina (Roma).
PD: Este caso es el contrario al de Leticia Cerchia, la italiana que a sus 31 años decidió dejar sus votos religiosos para convertirse en modelo (aunque no stripper; pero bueno, la comparación es curiosa, ¿no? Unos entran y otros salen).