La universidad en la cárcel

Cómo sobrevivir en el infierno

Lejos de recuperarse, la penitenciaría se convirtió en un lugar que perfecciona a los delincuentes. Las dos únicas Universidades que funcionan en una prisión, son argentinas. 24CON recorrió la frontera que divide la libertad del infierno y te muestra la cárcel lejos del estereotipo "tumbero".

Por José Luis Gallego
Devoto, una cárcel en la ciudad

Habitualmente, los fondos destinados a los presos son utilizados por los burócratas corruptos para mantener su estatus y financiar campañas, transformando a las penitenciarias en mazmorras medievales, y la ley del “sálvese quien pueda”. Pabellones que albergan 180 presos cada uno, con apenas dos letrinas, más la violencia que suele aparecer, por acción de los guardias o de los propios internos. En un pabellón hay 110 camas y 70 duermen en el piso.


 


 

Las dos únicas universidades que funcionan adentro de una cárcel son argentinas. La primera tiene 23 años de edad, El Centro Universitario de Devoto, el CUD. La segunda esta naciendo, se inaugurará el 12 de diciembre y es proyecto Unsam en la Carcel.

El Centro Universitario de Devoto, único en el mundo

 

El escudo del CUD

La calle Bemudez es como una línea que divide la libertad del encierro en el barrio de Villa Devoto. Ingresar en la Unidad Penitenciaria Nº2 es como viajar al medioevo. Hay que atravesar 10 rejas que se abren con cerrojos históricos y guardicarceles que retienen nuestros objetos y, a medida que avanzamos, la identidad va quedando afuera.
El C. U. D., la sede de la UBA adentro de la cárcel funciona en un sótano, inverosímil ámbito de libertad del que gozan 220 de los 2000 internos. No hay requisas ni uniformados. Sólo estudiantes y profesores. Paradójico, justo abajo de la cárcel, el camino de la libertad.

 

Celso abogado, director y,  preso.

Celso Maciel, es el presidente del Centro Universitario. Lejos del prototipo tumbero, Celso es un abogado con la claridad profesional de un erudito y el temple de quien transitó por el infierno. Nunca se hubiera imaginado los caminos que recorrería su vida “Caí por un crimen pasional, encontré a mi mujer con otro tipo y los maté a los dos. Hace doce años. Tengo una condena de prisión perpetua. Lamentablemente “el pata de lana” era Subcomisario, estuve con medida de seguridad durante un año y medio en Caseros. Hay un piso exclusivo para los tipos peligrosos que mataron a policías en un tiroteo o secuestradores. Los que acá les llamamos “los elefantes”.

 

En la sede de Sociologia

A pesar de no ser un delincuentes común, cuando le preguntan en que lo reformó la cárcel irónicamente dice “ahora puedo hacer cualquier tipo de delito que antes no me podía ni imaginar” y refiriéndose a la presidio como escuela de criminales explica “Acá es un submundo, donde el gil es el que tiene menos derechos. Entonces, vos te pones en los parámetros de un tipo delincuente y los escuchas todo el tiempo, todas la estrategias habidas y por haber de cualquier tipo de delito que te puedas imaginar, ¿que vas a hacer?, aprender de lo que esta escuchando todo el día, con el correr de los años vos salís y podes tranquilamente ir a asaltar un banco, traficar droga o cosas en la aduana o, burlar a la policía, todo aprendes”.

La biblioteca


La “tumba” es el infierno más temido, sobrevivir para quien no tiene adquirido el oficio de preso, puede resultar difícil. Pero quienes quieren estudiar, hoy pueden seguir las carreras de Derecho, Sociología, Ciencias Económicas, Psicología y Ciencias Exactas, concurrir al Laboratorio de Computación o disfrutar de la biblioteca con más 6500 ejemplares.

 

Ajedrez en la biblioteca


La Unsam en la cárcel, no solo para presos tambien para los guardias

Gonzalo Noriega

Gonzalo Nogueira es abogado y trabaja en el proyecto de Unsam en la cárcel, que consiste en formar un centro de estudios en la Unidad 48 del complejo penitenciario San Martín, agrega una novedad que lo hace ínedito en el mundo, la educación también esta pensada para los guardia cárceles.

“Tenemos pensadas actividades para los dos, para el que esta preso y para el que esta trabajando ahí adentro. Vamos a empezar con teatro, coro, queremos enseñar a hacer títeres y poder usar esos títeres, ya estamos dando informática. Tratamos de disminuir el grado de deshumanización que implica el presidio y puedan replantearse la auto percepción que tienen de ellos mismos. La diferencia entre ser un preso y estar preso, tratamos de romper con esa lógica”.

Unidad penitenciaria 48 San Martín

Nogueira pone al descubierto la verdadera identidad de la prisión al explicar la diferencia entre penitenciaria y cárcel. “Es una diferencia semántica, a mi me parece más correcto llamarla cárcel. En el origen las cárceles tenían un fin más redentor y con el tiempo se fueron transformando en lo que son hoy, lugares de hacinamiento. Lugares de depósito de seres humanos excluidos de los márgenes más estandarizados de la sociedad. Ahí nadie hace penitencia ahí hay gente cuya vida esta suspendida en el tiempo por un período incierto que va más allá de una posible condena y que en ese impas de su vida pueden pasar muchísimas cosas: desde el paso del tiempo a contagiarse HIV o directamente morirse.

Por otro lado en la cárcel no están solo los culpables “
En la unidad hay gente que esta condenada y hay gente que esta procesada. Como en las cárceles en general hay muchos más procesados que condenados.
Los procesados son técnicamente inocentes, es gente que todavía no recibió su condena, ni favorable ni desfavorable”.


Con respecto a otras experiencias de este tipo trabajo en el mundo Gonzalo Nogueira explica “hay una sola experiencia de lo que significa esto del la universidad en la cárcel y es la del Centro Universitario de Devoto. En el mundo lo que hay, inclusive acá en el país, es la experiencia de darles educación a distancia, llevarlos a rendir exámenes a las universidades, poner algún tutor que vaya a la cárcel a darles clase de apoyo. Pero una universidad metida adentro de una cárcel en un pabellón propio pudiendo poner sus carteles con sus docentes a disposición de los estudiantes solamente esto existe en la Uba y ahora en la Unsam. Nosotros vamos a ser la segunda, con el plus por su origen y contexto vamos a generar actividades también para el servicio penitenciario vamos a pensar a la cárcel como una unidad y no de forma fragmentada.

¿Ustedes consideran que los guardia cárceles también necesitan educación?
Por supuesto el Servicio Penitenciario es una fuerza de seguridad que recibe la misma formación que cualquiera de las fuerzas de seguridad que tiene el estado y no deja de ser una formación verticalita y disciplinaria, nuestro objetivo es a esa formación sumarle una formación que tenga que ver con la ciudadanía y la cultura pensada desde otros valores. Derechos humanos y todas la herramientas para dignificar y resignificar su tarea.

 

 

Mónica Cushnir es la profesora de informática, Marcelo Prado y Gonzalo Nogueira son los coordinadores y Carlos Almeida (secretario de Extensión y Bienestar Estudiantil) es el responsable del "Programa Centro de Estudios de UNSAM en el Complejo Penitenciario San Martín".

 

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