Triple crimen

"Mi hermano, Forza y Bina armaron una sociedad para exportar efedrina"

Diego Ferrón revivió la agonía desde la desaparición de su hermano hasta el hallazgo de los cuerpos.

Por Cecilia Di Lodovico
"El día que desapareció –un jueves-, hablé con él (Damián) a la mañana, dos o tres veces. Iba a cerrar un negocio Wal Mart. Después de esa última comunicación no supe nada más de él", evocó Diego. Entonces el desconcierto inundó la familia Ferrón. No sabían qué podría haber pasado con Damián.

Sin embargo, todas las piezas empezaron a encajar cuando Diego Ferrón se reunió con Solange Bellone y su abogado Rubén Ramírez, días después de la desaparición, y antes del hallazgo de los cuerpos. Ese día, un feriado, la viuda dio detalles que le permitieron al hermano del cautivo atar cabos. Sabía por su cuñada, Mariela Izquierdo que Damián "había mencionado la palabra efedrina y que hablaba con un tal Sebastián". Además, él mismo había visto las fotos de la oficina que su hermano y sus socios habían montado en Pilar. Aquella misma oficina que fue allanada luego de que los tres empresarios (Forza, Ferrón y Bina) aparecieron  muertos en un descampado de General Rodríguez.

Fue en aquel encuentro con Solange que Damián pudo saber que la reunión de Wal Mart estaba destinada a "armar una sociedad para exportar efedrina, tratar con las obras sociales y geriátricos". "Supuestamente, iba a ser todo legal. La abrieron para despegar de la farmacia, digamos de la venta tradicional. Iban a hacer negocios ahí", indicó Diego, a quien el jefe de su hermano, Luis Salerno, admitió que ya habían hecho una venta de efedrina en noviembre del año pasado y que "todo había salido bien". Todo indicaría que fueron "esos negocios" los que despertaron la ira de alguien muy poderoso.
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