Desgarradores testimonios de los sobrevivientes de Once
Pasajeros que sufrieron en primera persona la tragedia de aquel 22 de febrero de 2012, dieron su versión de los hechos ante la Justicia. "Nos ponían aceite y agua para que nos despeguemos", dijo uno de ellos.
Sobrevivientes del fatal accidente del 22 de febrero de 2012 en la estación de Once, declararon en el juicio que se lleva para investigar las causas de la tragedia. Maximiliano Villalba estuvo cuatro horas atrapado entre cuerpos y asientos hasta que pudo ser rescatado.
"Los bomberos con una soga nos intentaban sacar pero no sabían cómo hacerlo porque estábamos todos pegados. Nos ponían aceite y agua para que nos despeguemos de la gente", recordó Villalba al declarar hoy como testigo ante el Tribunal Oral Federal 2.
"Había mucha gente pegada entre sí, gente debajo mío. Me orinaron. La gente estaba desesperada. Fue un desastre", agregó, y recordó que un hombre quedó atrapado y para sacarlo tenían que cortarle las piernas.
Villalva contó que el accidente le dejó "mucho daño psicológico. Había días que llamaba al SAME dos o tres veces porque sufría como una presión en la que sentía que se me salía el corazón".
Sobre el funcionamiento del tren el día de la tragedia, el testigo dijo que la formación anduvo mal desde la estación de Moreno. "No lo querían sacar porque andaba mal. Tardaron 30 minutos en sacarlo. La gente decía que el motorman no quería seguir porque el tren andaba mal. Para mí el motorman sabía, pero le hicieron continuar la marcha porque estaba lleno de gente y si lo hacían parar se iba a armar lío", dijo Villalba.
Después del accidente de Once Natalia Meza fue operada más de 30 veces, tiene que caminar con muletas por una fractura expuesta en una de sus piernas y después de la tragedia no pudo volver a trabajar.
"Para rescatarme tuvieron que sacarme un muerto de encima", contó en el juicio. Meza fue la última persona rescatada del primer vagón del tren, cinco horas después del choque: "No me podía casi mover de la cintura para abajo. Me movía y el dolor era cada vez mayor".
La mujer recordó que durante todo el viaje escuchó a un niño de cuatro años que hablaba con su madre, pero después del choque ya no lo oyó: el niño murió en el hall de la estación cuando lo atendían.
"Se acercaron a mi papá de TBA (antigua concesionaria del tren Sarmient). Creo que un señor que se llamaba Marcelo, para que no los critique por radio. Decían que los hacía quedar mal a ellos y le quisieron dar un departamento a mi papá", manifestó.
"El tren paraba antes de las estaciones. Arrancaba y volvía a frenarse", describió la pasajera, quien recordó que previo al impacto le llamó la atención porque al ingresar a la cabecera del andén número dos de la estación de Once la formación “no bajaba la velocidad”.
“Pensé: ¿cuándo va a frenar?, y ahí sentí el impacto. Volé y quedé con un montón de cuerpos encima. Yo gritaba el nombre de mi hija… creí que había perdido la pierna. A las cuatro de la madrugada me enteré que mi hija estaba muerta”, relató entre sollozos.
En tanto, familiares de víctimas de la tragedia hicieron sonar hoy sirenas frente a los tribunales federales de Retiro, donde se sustancia el juicio oral, al cumplirse 26 meses del siniestro que causó 51 muertos.
22 de julio de 2014
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