Leopoldo Luque, el último médico de Diego Maradona que fue imputado de "homicidio culposo", dijo esta tarde que él no se reprocha "nada" y aseguró que "se hizo lo mejor que se pudo" para tratar al astro.
"No me reprocho nada. Estoy orgulloso de lo que se hizo por Diego", señaló el médico, entre lágrimas, al atender a la prensa su casa de la localidad bonaerense de Adrogué, donde los investigadores policiales y judiciales realizaron esta mañana un allanamiento.
En una extensa conferencia de prensa improvisada que duró unos 40 minutos, Luque dijo que "todos estuvimos reunidos para ver qué era lo mejor para Maradona. Lo que necesitábamos es su voluntad, porque sin Diego no se podía hacer nada. ¿Por qué no averiguan quién era Diego? No hay criterios que podemos tomar sin su consentimiento".
Agregó que "acá no hay decisiones, hay criterios médicos" acerca del alta que tuvo en su momento luego de ser operado por un hematoma subdural. "Casi me tengo que agarrar a piñas con Diego para internarlo", remarcó.
"Diego me echó un montón de veces de la casa y después me llamaba", recordó. "Maradona era un paciente de alta. Yo no puedo obligar a un paciente a internarlo si no quería", sostuvo.
"Nada se podía hacer sin su voluntad", dijo, y agregó que "el riesgo de Diego era el consumo". "No había criterio médico para internarlo en un Psiquiátrico".
"No hubo un error médico", disparó Luque quien remarcó: "La clínica estuvo perfecto. Diego era un paciente de alta".
"Lamentablemente es un hecho que podía pasar, antes o después. Se hacía todo lo posible para disminuir la chance pero no para bloquearlo", señaló entre lágrimas.
Y aseguró: "No me reprocho nada. Estoy orgulloso todo lo que se hizo por Diego. Se hizo lo mejor que se pudo".
Luque destacó que él "amaba" a Maradona, a quien consideraba su "paciente preferido" y se describió como "un fanático de Diego".
"Era como un papá para mí", añadió el médico, quien dijo que él no tiene "nada que ocultar".