Ricardo Alberto Barrera, murió este lunes 25 de mayo, a los 83 años. El odontólogo platense, se encontraba desde el 10 de marzo en un geriátrico de la zona norte del gran Buenos Aires, luego de haber obtenido el alta médica en el hospital Castex, donde permaneció 7 meses. En agosto del año pasado llegó de urgencia con un cuadro de neumonía escasos días después de que además, sufriera una caída en las escaleras mecánicas de la estación Constitución mientras volvía de ver a su abogado en la ciudad de la Plata.
Barreda pasó estos últimos días, en soledad, sin poder ver a sus amigos de estos últimos tiempos a causa del aislamiento social obligatorio, hace unos días tuvo contacto con el mundo exterior, mediante una video llamada. Sabemos que uno de ellos era a quien había elegido para narrar su vida, llevándola a un libro o a un documental, proyecto con el que estaba muy entusiasmado ya que quería que la gente conociera otros aspectos de su vida.
Si bien, su aspecto físico se veía mejorado, debido a que la alimentación en el hogar era mejor que en el hospital, sus problemas de salud persistieron y debieron llamar a la guardia médica para efectuarle el cambio de sonda vesical como consecuencia de sus problemas prostáticos.
Según contaron del geriátrico "amaneció decaído, su diuresis es escasa, la doctora indicó atb, lo estamos observando". Finalmente a las 15.25 horas, fallece de un paro cardiorrespiratorio.
En las últimas charlas con sus amigos había manifestado su miedo a la muerte y mientras mostraba sus brazos, que prácticamente era piel y hueso decía : "es increíble cómo se deteriora en ser humano"
Ricardo Barreda, será recordado como uno de los homicidas emblemáticos de nuestro país, luego que el domingo 15 de noviembre de 1992, en su casona de 48 entre 11 y 12 de La Plata, asesinara con una escopeta marca Víctor Sarrasqueta a su esposa Gladys Margarita Mac Donald (57), su suegra Elena Arreche (86) y sus hijas Celina (26) y Adriana (24).