Juliana Awada, esposa de Mauricio Macri, ex primera dama de la Argentina, es dueña de la cadena Cheeky. Fue denunciada por los trabajadores de la firma por falta de pago. Después de ese reclamo, les depositó entre $2000 y $8000 pesos a cada uno, y quedó a la espera de que el Estado le deposite el resto mediante el programa ATP.
¿Dónde quedó la meritocracia en este caso? La empresa de ropa infantil recibió la demanda que presentó el gremio de cortadores de indumentaria (UCI) ante el Ministerio de Trabajo bonaerense.
La UCI advirtió que la situación se agrava por tratarse de una de las industrias "con mayor grado de precariedad" y con "uno de los salarios más bajos dentro del mercado nacional".
Además, se hizo público un vergonzante comunicado interno de la compañía en el que se avisó al personal de un supuesto "adelanto" a cuenta de los aportes del Estado Nacional.
En ese comunicado, Awada les dice a sus trabajadores que "para sobrellevar esta difícil situación" este viernes "depositará un adelanto de 10 mil pesos" en caso de que "Anses no concrete el pago esta semana", en alusión a los subsidios ATP que representan la mitad de los salarios privados para empresas en crisis.
Desde el gremio denunciaron que "la patronal Cheeky Sociedad Anónima es una de las empresas de mayor facturación a nivel nacional, con cientos de locales y franquicias no sólo a lo largo y ancho de todo el país, sino también en varios países limítrofes".
Según la organización de cortadores, "la patronal Cheeky Sociedad Anónima es una de las empresas de mayor facturación a nivel nacional, con cientos de locales y franquicias no sólo a lo largo y ancho de todo el país, sino también en varios países limítrofes".
"No hace más que recordarnos las palabras de nuestro Presidente al calificar la actitud de cierto empresariado, al que tildó de ?miserable'", sostuvieron.
"Si el incumplimiento de una empresa como Cheeky carece de sanción, su ejemplo correrá como un reguero de pólvora dentro de las empresas del sector", denunciaron.
En redes sociales, la figura de la ex primera dama estalló ante el hecho, y rápidamente se hicieron oír las voces en contra de la actitud de la familia Awada.