En medio de la polémica por los motines de presos que exigen prisión domiciliaria, al argumentar que hay reclusos de riesgo a causa del Covid-19, en abril hubo al menos 20 femicidios. El último caso ocurrió en las últimas horas de este jueves en la localidad bonaerense de Libertad, partido de Merlo.
En Salta, también en las últimas 48 horas, fue asesinada en su domicilio Rosa del Milagro Sulca, por lo que hay dos policías imputados ya que la muerte era "evitable". Los agentes apartados son Antonio Exequiel Sanhueso y Juan Carlos Vizgarra, quienes ahora acusados de los delitos de incumplimiento de los deberes de funcionario público y abandono de persona seguido de muerte.
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Una mochilera en Córdoba, una psicóloga en Pilar, amas de casa o estudiantes fueron algunas de las al menos 20 víctimas de femicidio que se registraron durante abril en todo el país, durante el aislamiento social decretado por la pandemia del coronavirus.
El último caso ocurrió en las últimas horas de este jueves en la localidad bonaerense de Libertad, partido de Merlo, donde fue asesinada a golpes una mujer de 54 años y por el femicidio detuvieron a su esposo.
También hubo dos casos de jubiladas asesinadas por sus maridos, pero no se catalogaron como femicidios porque sus "compañeros" luego se suicidaron y se investiga si se trató de pactos mortales entre la pareja.
A esto se le suman 6 casos ocurridos entre el 20 de marzo, cuando fue decretado el aislamiento, y el 31 del mismo mes, con lo que el total de casos registrados aumenta a 28 femicidios en lo que va de la cuarentena.
Según los datos registrados hasta el momento, durante el mes de abril una mujer fue asesinada por violencia de género cada 36 horas, lo que provoca una fuerte reacción por parte de distintas organizaciones especializadas.
Laura Rothberg, integrante del Observatorio de las Violencias de Género, aseguró que "la situación de aislamiento puso de manifiesto la problemática" y pidió "coordinar estrategias de los tres poderes del estado que sean más rápidas y eficientes".
"De golpe la sociedad se enfrenta a tener que ver algo que venimos denunciando hace tiempo y que tiene que ver con que el lugar más peligroso para las víctimas de violencia es el hogar", analizó Rothberg, quien explicó que "es un problema cultural que atraviesa cualquier clase social, entonces la única manera que cambie es con educación y formación".
Además, criticó "la imposibilidad del Poder Judicial de hacer un monitoreo y un control de los denunciados", dado que en "muchos casos de denuncias los femicidas ya tenían alguna medida y sin embargo lograron acercarse a las víctimas y asesinarlas".
Silvia Ferreyra, coordinadora de Mujeres de Matria Latinoamericana (Mumala), dijo que solicitaron un "mayor presupuesto para fortalecer las redes de asistencia a nivel local en todo el país, como las oficinas de género que en general funcionan con una o dos personas y sin equipos interdisciplinarios".
"Las medidas que se vienen llevando adelante son positivas, como la de ampliar la línea 144 que garantiza la posibilidad de asistencia telefónica, pero hay una importante cantidad de estrategias que no dependen solo de eso", afirmó Ferreyra, quien explicó que "hacen falta equipos que puedan acompañar todo el proceso".
"No es sencillo para la víctima tener que denunciar si no hay una garantía de contención", apuntó. En tanto, señaló que a partir de 12 de marzo con el aislamiento social, preventivo y obligatorio por la pandemia comenzó una "mayor demanda" por parte de las mujeres que sufren violencia de género.
"Sabemos que hay una mayor demanda por todo lo que vienen manifestando las propias autoridades que atienden las líneas telefónicas", dijo la mujer, quien añadió que "teniendo en cuenta que cerca del 67 por ciento de los femicidas ha sido pareja o ex pareja y más del 60 por ciento son cometidos en el hogar de la víctima o compartido" eso confirma que "el hogar no es el lugar más seguro y la cuarentena agravó la situación".
La titular de la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM),Mariela Labozzetta, explicó a Télam que "el criterio de la calificación jurídica puede sobrevaluar o subvaluar la medición de casos" de femicidio, como aquellos agravados por el vínculo que también incluyen elementos de género.
"No queremos que se invisibilicen los crímenes, pero tampoco que se den números que no son porque hay muchos crímenes de mujeres que no tienen componente de género y no deben ser llamados femicidios", explicó Labozetta, quien dijo que en todos los casos es necesario estudiar la causa porque a veces los expedientes se archivan apenas ocurren los hechos porque los autores se suicidan.
Cabe destacar que la agencia Télam decidió elaborar un listado propio, basado en las notas publicadas en esta agencia y el cruce de datos suministrados por las organizaciones Mumalá y La Casa del Encuentro.
En las últimas 24 horas, hubo cuatro casos en las provincias de Tucumán, Salta, Entre Ríos y Buenos Aires, por lo que ya sumaron al menos 20 hechos durante abril.
María Julieta Riera (24) cayó de un balcón de un edificio de Paraná y por el femicidio detuvieron a su pareja, llamado Jorge Julian Christe (31). En Tucumán, los cuerpos de Néstor Salas (80) y Rosa Guaraz (56) fueron encontrados con disparos de arma de fuego en sus cabezas en el interior de una vivienda y los investigadores sospechaban que se trató de un femicidio seguido de suicidio.
Clara Carina Maciel (42) fue asesinada ayer a golpes en una vivienda del partido bonaerense de Florencio Varela y por el crimen detuvieron a su concubino quien dijo que la víctima había caído de una escalera, mientras que Norma Gallo (54) murió tras ser golpeada y acuchillada por su pareja una casa del partido de Merlo.
De los 20 casos de abril, 10 fueron cometidos en la provincia de Buenos Aires, 3 en Tucumán, dos en Entre Ríos y 1 en Santiago del Estero, Salta, Santa Cruz, Córdoba, Misiones y Santa Fe.